Comentario al Evangelio del Lunes 16 de junio de 2025
Se me ocurre que para comentar esta lectura sería bueno usar el lenguaje de los jóvenes de hoy: ¡Qué fuerte! Es verdad, es fuerte lo que dice Jesús: plantear de esta manera tan radical el perdón (un perdón sin condiciones) como un elemento esencial para sus seguidores. Es fuerte porque nuestro mundo no funciona así. Seamos decentes y reconozcámoslo.
Estas palabras de Jesús tan radicales, tan opuestas a lo que vivimos y sentimos, me han hecho recordar, por oposición, una frase que he leído recientemente en una novela. Era la novela “El Padrino” de Mario Puzo. Pues bien, prácticamente en la última página de la novela, uno de los protagonistas para justificar todos los asesinatos que se cometen en el relato, dice con toda claridad: “En nuestro mundo no hay lugar para el perdón.” Así de claro y así de honesto. Podemos pensar que eso sucede solo en ese mundo de la mafia y de delincuentes de que se habla en la novela. Pero no es verdad. Es difícil encontrar en nuestra sociedad esa capacidad auténtica para el perdón. Y menos entre colectivos. Podíamos poner numerosos ejemplos pero baste pensar en israelíes y palestinos, que llevan setenta años en guerra y en conflicto y que aplican continuamente lo de “ojo por ojo y diente por diente”. Pero así solo van a lograr terminar todos ciegos y desdentados. O podemos pensar en aquella imagen de Goya en que dos hombres luchan con garrotes, enterrados hasta las rodillas en un paisaje desolado. La viva imagen del conflicto, del odio, de la violencia que demasiadas veces inunda las relaciones humanas.
Pero ese camino, el del “ojo por ojo y diente por diente” no lleva a ningún sitio. Sólo el perdón abre caminos de futuro. El perdón y el olvido también. Porque el perdón incluye necesariamente dar al otro la posibilidad de volver a empezar, de reconocer su error (¿y quién está libre de error? ¿quién no ha necesitado nunca el perdón?) y tener una nueva oportunidad. No se trata de hacer nada más que lo que Dios hace con nosotros: estar cerca de nosotros, perdonar y permitirnos siempre volver a empezar como si nada hubiese sucedido.
Fernando Prado, cmf