Comentario al Evangelio del día 21-08-2025
Queridos amigos:
Nada hay más exigente que el amor. Porque el amor, por su propia naturaleza, pide responder con amor. Si no, no has entendido nada. Y si lo vives, has logrado la vida.
Así pasaba en tiempo de Jesús. El Evangelio nos habla de la alianza que Dios quiere hacer con su pueblo, simbolizada en una boda; y de cómo muchas veces el pueblo rechazó esa alianza, apartándose de Dios. En los mismos tiempos de Jesús, algunos le aceptan, pero muchos le rechazan… Incomprensiblemente, no quieren participar de esa fiesta. Pero no por ello Dios rompe su alianza, sino que la abre más allá del pueblo elegido, a todos los pueblos de la tierra: los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. Porque el amor de Dios es gratuito. Y cuando se acepta, es capaz de cambiar el corazón. Pero una vez que se entra en la lógica de la alianza, no vale cualquier tipo de respuesta. Hay que “vestirse de fiesta”, es decir, responder al amor con amor. Amor auténtico, gratuito y generoso.
Así pasa en nuestro tiempo: muchas veces vivimos entretenidos con tantas cosas, sin atender a lo único importante, el amor. El amor que Dios nos da gratuitamente, para acogerlo, revestirnos de él, y llevarlo a los demás. Todo lo demás, es relativo.
Dios no va a dejar de amarnos porque no le correspondamos. El problema es para nosotros, que nos perdemos lo más grande de la vida. Porque el amor pide responder con amor. Y un amor de calidad. Si no lo vives, quedas fuera de la fiesta. Si lo empiezas a vivir, comienzas a lograr la vida.
Gracias, Señor, por tu amor gratuito, generoso, desinteresado.
Que viva abierto a ese amor, como María.
Que no me entretenga con lo superfluo
y que me centre en lo importante:
vivir de tu amor, para poder amar, de verdad, a mis prójimos.
Vuestro hermano en la fe:
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)