Comentario al Evangelio del día 07-07-2025
Querido amigo/a:
Con frecuencia hemos escuchado la expresión “Dios escribe con renglones torcidos”, queriendo decir que actúa en medio de situaciones que, objetivamente para nosotros, no son lugar de actuación de su Gracia. Realmente la invitación de hoy nos invita a liberarnos de este prejuicio, pues en cualquier circunstancia, incluso en las más inverosímiles, el Señor está dispuesto a actuar.
En el libro del Génesis que meditamos en la lectio continua de esta semana, Jacob está huyendo de su hermano Esaú, que lo busca para matarlo. Este, en principio, es el heredero de la promesa de Dios, pero no es lo que Dios quiere. Dios desea, contra todo pronóstico, que sea Jacob y no Esaú, mostrándoselo a aquel en un sueño, arquetipo bíblico para indicar que Dios se revela.
Dios actúa con total libertad al elegir a quienes colaboran en la historia de la salvación. Incluso de las debilidades y errores humanos, sabe sacar algo bueno para llevar adelante su plan de redención. Jacob, lleno de sorpresa y disposición hacia el Señor, proclama en el texto: “Si Dios está conmigo y me protege en el camino que llevo, si me da alimento y ropa para vestirme, y si regreso sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he erigido como estela será una casa de Dios”. Rompiendo con las leyes de la primogenitura, esta elección de Jacob sorprendió a todo israelita.
En el evangelio de hoy, Mateo nos narra dos milagros de Jesús, intercalados el uno en el otro: un hombre le pide que devuelva la vida a su hija que acaba de fallecer, y una mujer queda curada con sólo tocar la orla de su manto. Aunque ambos se consideran indignos de recibir la gracia de Jesús, confían en su poder. El hombre que se pone de rodillas y la mujer que se tumba sigilosamente para tocar el manto de Jesús sin ser vista, no entienden el poder del Señor como “dynamis”, fuerza o violencia, sino como “exousía”, el poder de la liberación y sanación, que utiliza no para dominar, sino para curar.
Nunca creas que no eres digno. Dios siempre actúa porque te ama a pesar de tu miseria y, si hace falta, escribe con renglones torcidos. Acércate y déjate sanar por Él.
Vuestro hermano en la fe.
Juan Lozano, cmf.