Comentario al Evangelio del 31-12-2025
Ni fin ni principio. Gracia sobre gracia
Nochevieja. Ya el 2025 está añejo… ¡Y lo celebramos! Porque parece que todo lo viejo está caduco y obsoleto. Parece que el mundo se alegra de que se vaya otro año, como si el que viene trajera una nueva serie de oportunidades. La novedad por la novedad. Como si estuviéramos aburridos. Por otra parte, para los más cínicos en este momento parece que lo que va a traer es más basura, corrupción, una maraña que jamás se desentrañará… La primera carta de Juan que leemos hoy parece, en un principio, estar de acuerdo con esta visión: hay tantos anticristos, que sabemos que es la última hora… No ya del año que termina, sino de todo. Pero, al mismo tiempo, se nos dice que sabemos lo que es la verdad.
La verdad es la luz: en el principio era el Verbo… con tantos anticristos, algunos (dice Juan que incluso los suyos) no lo conocieron. A quienes sí lo conocen se les da, nada más y nada menos, que ser hijos de Dios. El agradecimiento hoy no es tanto por el año que se aleja con todas sus desgracias (quizá para dar paso a otras nuevas, como resulta ser nuestra experiencia), sino el año que nos deja, si lo reconocemos, la inmensa gracia y dignidad de ser hijos en el Hijo, en el Verbo encarnado. De esa plenitud hemos recibido “gracia sobre gracia”. Es un buen momento para despedir el año no con la amargura de tanto malo, desgracias, catástrofes, muertes, guerras, separaciones, como hemos visto, sino con el recuento de gracia sobre gracia recibida: vida, paz interior, alegría, fortaleza para sobrellevar las dificultades, amistad, familia, trabajo si lo ha habido o tiempo para la reflexión si no lo ha habido, gestos de bondad y solidaridad, esfuerzos por la paz… cada uno tendrá (o sería bueno construirla) una lista de gracia sobre gracia recibida. Y es una lista interminable. No es Nochevieja, sino noche perenne de presencia de Dios en la vida; nuevas oportunidades de caminar después de nuestros errores, nuevos impulsos para hacer el bien y para reconocerlo en otros. ¡Bendito 2025! ¡Feliz 2026!
Cármen Aguinaco

