Comentario al Evangelio del 11-11-2025
Y agradecidos. Porque el Señor de la vida nos ha venido a traer la vida y seguir sus caminos y obedecer sus mandatos es camino seguro de vida. Por esos somos cristianos, seguidores de Jesús, discípulos suyos. ¿O quizá es que no nos terminamos de creer que seguir el Evangelio es el único camino de vida?
Podemos empezar pensando un poco en lo que son sus mandatos. Jesús no nos puso por delante un montón de mandamientos. La verdad es que sus mandatos son simples, sencillos, fáciles de entender. Hay un mandamiento central: amaros unos a otros como yo os he amado. Toda su vida es explicación de la segunda parte de este mandamiento: el “como yo os he amado”. Vamos a los Evangelios y nos encontramos con un Jesús que se acerca a todos, habla con todos. Pero se acerca de una manera especial a los más pobres y marginados, a los que son el deshecho de la sociedad. Porque ellos son también hijos e hijas amados de Dios. El amor de Jesús se expresa curando, acompañando, escuchando, dando de comer. Y lo cuenta en muchas de sus parábolas. Conclusión: así es como tenemos que amarnos unos a otros. Porque solo ahí encontraremos la vida: en el amor mutuo, en el respeto, en la justicia. En definitiva, en el Reino. Lo que nos propone Jesús es el único camino posible a la vida, a la verdadera vida. Los otros caminos que ha recorrido el hombre a lo largo de la historia no nos han llevado en realidad más que a la muerte (guerra, violencia, odios, envidias).
Trabajar por el Reino en realidad es trabajar por nosotros mismos. Amarnos unos a otros, amar al prójimo como él nos amo, es cuidarnos y amarnos a nosotros mismos. ¿Dónde encontraremos la salvación más que en el amor, la misericordia, el perdón? Por eso, podemos decir con mucha paz lo que Jesús nos dice que digamos: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”: trabajar por el Reino porque es la única forma de encontrar la vida. El resto es perdernos en la muerte.
Fernando Torres, cmf

