
Evangelio Seglar para el Domingo Tercero de Pascua (4 de mayo de 2014)
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Este pasaje se repite en diversos episodios de Marcos y Mateos. Puede resultar confusa su lectura, ya que aparentemente trata el mismo asunto -el fin de las cosas-, pero en ámbitos distintos.
Todas las madres deseamos lo mejor para nuestros hijos. Y estoy segura que a nosotras también nos gustaría que se sentaran a la derecha y a la izquierda de Jesús. Él nos propone vivir nuestra vida en clave de servicio.
Jesús da instrucciones concretas a los enviados, cuya finalidad es que éstos se centren en el anuncio del Reino de Dios. También les advierte de las dificultades (van como corderos en medio de lobos) y cómo han de reaccionar ante ellas.
Este trozo del discurso de Jesús durante su última cena ha sido escogido para la fiesta de la Santísima Trinidad. En él se muestra la unidad del Padre, del Espíritu de la verdad y de Jesús: "Todo lo que tiene el Padre es mío" -afirma Jesús-, y el Espíritu "tomará de lo mío".
La vida del cristiano tiene que ser activa, comprometida y empeñada en la causa de Jesús, que es la causa de Dios y la causa de los hombres, la causa de la vida verdadera, la causa de la verdad y de la justicia, y por eso mismo también la causa de la salvación y de la felicidad.