
Regalo hecho persona
Es el regalo, la vida hecha don, es la gratuidad hecha persona frente a todos los esquemas sacrificiales de la vida
Es el regalo, la vida hecha don, es la gratuidad hecha persona frente a todos los esquemas sacrificiales de la vida
Él me ha hecho Iglesia en el Bautismo, me ha fortalecido para el testimonio en la Confirmación, hace posible con su virtud la transformación de los dones eucarísticos en los cuales se me da Cristo mismo, Él borra mis pecados, me ha instituido ministro en
Leo en el anuncio reciente de un whisky: «La acción está allí donde estás tú». Puede que resulte Irreverente, pero mi experiencia del Espíritu coincide bastante con esa afirmación
Hoy, el Espíritu me empuja a no replegarme aduciendo a senescencia incoada o escándalo ante la incapacidad que encuentro en la Iglesia para mantener la línea del Vaticano II. Acepto pues la misión, el «salir hacia» permanente del Éxodo; me pongo de nuevo
Así me he encontrado yo a menudo, buscadora de palabra con la que expresar no sólo mí experiencia «pneumática», sino las experiencias de quienes en las Escrituras, en la historia de mis antepasadas y antepasados, y en la actualidad, intuyeron el paso de l
Como del tiempo dijera san Agustín, si no me lo preguntas, sé quién es; pero si me lo preguntas, no sé qué decir.
Sobre el pequeño pueblo, a orillas del Tirón, desciende el aire del Espíritu al son del campanil ligero que «toca a gloria». Casi en volandas se lleva a las alturas la diminuta cajita blanca. ¡Un angelito más al cielo!
Me atreveré a decir que del Espíritu sé, ante todo, por su «ausencia», aunque inmediatamente tengo que añadir que esa ausencia es mía y no de Él. Está en mí y vivo como si estuviera lejos.
Cuando intento describir a quien creo que es el Espíritu, el Amor divino, me encuentro incapaz de reducirlo a una imagen totalizadora. No sé ponerle rostro. Lo percibo presencia permanente, colmando mi interior, causa de mis relaciones anteriores.
Si estoy abierta a Él, es capaz de iluminar mi mente y encender mi corazón con una simple volada de aire, en la lluvia de la tarde, en la sonrisa o dolor de una hermana.
Soy un misionero-itinerante y escritor, con ganas de detenerme y de callar. No estoy depresivo; estoy seducido. Me gusta referirlo así.
Una noche tuve la experiencia viva de mi muerte -en aquel momento creí que física-. Y vi mí vida entera completamente vacía. Me presentaba ante Dios con las manos vacías. No había nada que me justificara ante Él.
Para meditar y comprender "un poco" en qué consiste esa Alianza que Cristo hizo y hace con nosotros en cada eucaristia. Para estremecernos un poco y emocionarnos de que Cristo siga empeñado (alianza eterna) en renovarla, siempre y a a pesar de todo
Un "imaginario" discurso que Jesus podria dirigirnos hoy, en esta misma Pascua, el Jueves Santo... o en cualqueir Eucaristia. Para "meterse dentro de la Ultima Cena".
Para orar delante de la cruz
Te ofrecemos 7 poemas de distintos autores sobre el Espíritu Santo