En estos 50 años he sido muy bendecido por mi Señor Jesucristo y mi Madre Virgen, Santa María.

En estos 50 años he sido muy bendecido por mi Señor Jesucristo y mi Madre Virgen, Santa María.
Carta abierta a un joven que se prepara para el sacerdocio o que ha pensado alguna vez en ello, y… a todos los demás.
No puedo guardar lo mejor de mi vida. No resulta fácil expresar en un puñado de palabras la vocación sacerdotal.
Muchos son los sacerdotes que se han gastado y desgastado por la comunidad, por los pobres.
¡Cuánto he aprendido de quienes viven la vocación conyugal! ¡Ojalá yo amara a mi comunidad como los esposos se quieren y traducen su amor en pequeños y grandes gestos significativos!
La experiencia misionera es la que me ha ayudado a entender y vivir mi sacerdocio como un servicio a la comunidad.
Espero que mi sacerdocio le guste a Dios porque espero-creo- que me lo ha dado todo Él.
Saber estar, donde te toque, donde te manden, donde te necesiten.
Memoria de algunos hechos significativos y reveladores de cuarenta años de vida y experiencia misionera.
En estos 50 años he sido muy bendecido por mi Señor Jesucristo y mi Madre Virgen, Santa María.
Carta abierta a un joven que se prepara para el sacerdocio o que ha pensado alguna vez en ello, y… a todos los demás.