
Evangelio seglar para el Domingo de Pentecostés (8 de junio de 2014)
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Celebrar Pentecostés puede y debe ser más revolucionario de lo que pensamos. No es solo una fiesta litúrgica. Abrir las puertas al Espíritu es muy desestabilizador. En Pentecostés siempre ocurre algo para quienes son sensibles a los movimientos del Espíritu Santo. entecostés es terremoto, viento fuerte, llamaradas de fuego, sonido ensordecedor. No es un ritual de bendición del ”statu quo”.
Ven, Espíritu Santo, y renueva en esta hora los dones y frutos de aquel primer Pentecostés, para que el mundo conozca de dónde viene la salvación y los cristianos seamos testigos valientes de la verdad.”
La vida del cristiano tiene que ser activa, comprometida y empeñada en la causa de Jesús, que es la causa de Dios y la causa de los hombres, la causa de la vida verdadera, la causa de la verdad y de la justicia, y por eso mismo también la causa de la salvación y de la felicidad.
Se ha enmarcado en la Cruz todo el misterio de aquel mayor Amor que nos liberta.
Cuando Pablo preguntó a los discípulos de Efeso si habían recibido el Espíritu al hacerse cristianos, ellos respondieron: «No, nunca hemos oído decir que exista un Espíritu Santo» (Hech 19,1). Nosotros sí que lo hemos oído. Pero ¿qué nos imaginamos?