
III El pozo de Jacob
En el cantarillo del pozo anterior encontramos el hontanar donde dio comienzo con acierto pastoral la “Nueva Evangelización”. ¿Qué ocurrió después?
En el cantarillo del pozo anterior encontramos el hontanar donde dio comienzo con acierto pastoral la “Nueva Evangelización”. ¿Qué ocurrió después?
El fin de semana del 30 de noviembre al 2 de diciembre el ITVR celebra su IV Simposio, en el que se va a reflexionar y hacer eco de la reciente Asamblea Sinodal de los Obispos que se desarrolló recientemente sobre "La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana: desafíos, respuestas, propuestas".
Después de varias semanas de dedicación plena a la reflexión conjunta sobre la nueva Evangelización, de celebraciones litúrgicas y de oración y discernimiento, los participantes en el Sínodo habrán quedado hondamente afectados por esta gran preocupación: ¿cómo relanzar la misión evangelizadora en este momento de la historia de la humanidad?
Los obispos, reunidos en Sínodo con el Obispo de Roma, nos acaban de enviar un mensaje. Su objetivo es “animar y orientar el servicio al Evangelio en los diversos contextos en los que estamos llamados hoy a dar testimonio”.
Asia es un continente que está experimentando las esperanzas y las alegrías de un continuo renacimiento en el Espíritu (Ecclesia in Asia).
El gran desafío: el cambio de época y la fractura cultural (Cfr. Instrumentum laboris para la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo, n. 47.)
La evangelización se ha llevado a cabo en el continente africano desde los inicios de la Iglesia. El encuentro entre el Eunuco Etíope y el Diácono Felipe (cfr. Hch 8, 26-39) es un ejemplo que viene al caso.
El Espíritu Santo es el autor de la pluralidad y de la diversidad. Juan XXIII dijo que el Concilio Vaticano II es el nuevo Pentecostés.
Sin un nuevo fervor misionero de la parroquia, del que sean protagonistas los mismos agentes pastorales que en ella trabajan, es difícil vivir una radical, nueva evangelización
Vivimos en un mundo muy prometedor, pero a la vez muy necesitado, a veces marcado por la oscuridad.
La evangelización es la proclamación, mediante palabras, acciones y el carácter cristiano, de la obra salvífica de Jesucristo mediante la cruz y la resurrección.
Si el fenómeno de la secularización existe en nuestros países de antigua cristiandad, ello no nos debe descorazonar, sino renovar en nosotros el espíritu misionero. Debemos mirar al mundo hodierno con la mirada del Padre.
Hoy día, en muchos países occidentales la nueva evangelización es, de hecho, un primer anuncio si se considera la secularización general de las costumbres y la cultura. Más que la ignorancia, debemos lamentar una cultura formada por la lengua mediática y su recurso a la instantaneidad y a la efectividad.
La globalización es uno de los “signos” de nuestro tiempo. El proceso de globalización es tanto económico como financiero. Pero la globalización es también social y cultural, como indican claramente los Lineamenta (n. 6). Los modelos de migraciones de masa en todo el mundo han traído un nuevo encuentro y una nueva “mezcla” de culturas.
Aprender la práctica contemplativa es aprender lo que necesitamos para vivir de una manera verdadera, honesta y amorosa. Es una cuestión profundamente revolucionaria.
“¿Por qué hay una fuerte ola de secularización, una tormenta de antipatía o sencillamente una fría indiferencia hacia la Iglesia en algunas partes del mundo, que requieren una nueva ola de programas de evangelización?”
Este Sínodo es una ocasión favorable para responder a la pregunta decisiva de Jesús a sus discípulos: “¿Qué buscáis?” Buscamos ser más numerosos, reunir más fieles en la Eucaristía, manifestar con más fuerza la presencia católica en nuestras sociedades secularizadas.