Es una gracia de Dios encontrarse con mujeres y hombres “felices”, con grupos y comunidades “felices”, en los que -a pesar de todo- reina el buen humor.

Es una gracia de Dios encontrarse con mujeres y hombres “felices”, con grupos y comunidades “felices”, en los que -a pesar de todo- reina el buen humor.
Es una gracia de Dios encontrarse con mujeres y hombres “felices”, con grupos y comunidades “felices”, en los que -a pesar de todo- reina el buen humor.