La Fe es un don, pero el transmitirla es cosa nuestra, nuestra obligación como padres. Se transmite por la palabra y por el ejemplo en casa, en el día a día.

La Fe es un don, pero el transmitirla es cosa nuestra, nuestra obligación como padres. Se transmite por la palabra y por el ejemplo en casa, en el día a día.
Un tópico de los años del postconcilio, y que todavía se escucha con relativa frecuencia, es que Jesucristo vino al mundo para transformarlo, para cambiar sus estructuras políticas, económicas y sociales.
La Fe es un don, pero el transmitirla es cosa nuestra, nuestra obligación como padres. Se transmite por la palabra y por el ejemplo en casa, en el día a día.
Un tópico de los años del postconcilio, y que todavía se escucha con relativa frecuencia, es que Jesucristo vino al mundo para transformarlo, para cambiar sus estructuras políticas, económicas y sociales.