Todos somos monjes y cada uno de nosotros tiene su celda propia.

Todos somos monjes y cada uno de nosotros tiene su celda propia.
Haced con entusiasmo y fidelidad lo que el deber os pide, y eso os va a enseñar lo que necesitáis para saber llegar a Dios.
Todos somos monjes y cada uno de nosotros tiene su celda propia.
Haced con entusiasmo y fidelidad lo que el deber os pide, y eso os va a enseñar lo que necesitáis para saber llegar a Dios.