Es frecuente oír decir que el matrimonio es una cuestión de amor. Si se acaba el amor, se acaba el matrimonio.

Es frecuente oír decir que el matrimonio es una cuestión de amor. Si se acaba el amor, se acaba el matrimonio.
Quien se resiste al perdón no llega a conocer el amor de Dios, crece en un subjetivismo nocivo, se endurece, huye del propio conocimiento, busca los defectos de los demás, se incapacita para pertenecer a la comunidad, se vuelve juez inmisericorde, se convierte en pretencioso, piensa que es invulnerable, puede llegar a enloquecer.
Es frecuente oír decir que el matrimonio es una cuestión de amor. Si se acaba el amor, se acaba el matrimonio.