Liturgia Viva del Miércoles de la 2ª semana de Adviento
FUERZA DE LOS CANSADOS
(Is 40,25-31; Mt 11,28-30)
Introducción
El Dios todopoderoso está cerca de los débiles. Éste es el mensaje de hoy. A los desterrados, que se sentían abandonados de Dios, y que veían el poder de Babilonia y el supuesto poder de sus dioses, el Dios de Israel les proclama a través del profeta: Yo soy el Dios todopoderoso. Confíen en mí y cuenten conmigo; a ustedes les haré fuertes.
Jesús asume para sí mismo estos poderes, y dice: Vengan a mí ustedes, los pequeños, los humildes que están agobiados por leyes en nombre de la religión, y yo, que me he hecho pequeño y humilde con ustedes, les fortaleceré y les enseñaré a amar; y entonces sus cargas serán livianas.
Oración Colecta
Oh Dios, omnipotente y eterno:
A veces no sabemos
dónde estás, o hacia dónde nos encaminamos.
Cuando nuestras cargas sean demasiado pesadas de llevar,
ayúdanos a seguir buscándote
y enséñanos a volvernos humildes de nuevo,
para que estemos abiertos a la fuerza que tú nos das
por medio de aquél
que aceptó estar cansado con los fatigados,
Jesucristo, nuestro Señor.
por los siglos de los siglos.
Intenciones
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios todopoderoso:
Con frecuencia miramos lejos
buscándote a ti y anhelando tu fuerza
y olvidamos que estás tan cerca de nosotros,
en tu Hijo y en los hermanos.
Fortalécenos con el pan de vida de Jesús,
tu Hijo en medio de nosotros.
Haz que afrontemos la vida con ánimo y valor,
ya que tú la has hecho digna de vivirse
por medio de los buenos hermanos que nos rodea
y por el mismo Jesucristo,
que vive contigo y con nosotros
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Oh Dios de bienestar y de fuerza:
En esta eucaristía
tú nos has dirigido tu palabra refrescante
y renovado nuestro ánimo
con el cuerpo y la sangre de tu Hijo.
De todo corazón te damos gracias.
Ayúdanos, a cambio,
a hacernos cercanos a nuestros prójimos necesitados
y a ser refugio de descanso para los cansados de la vida.
Haz que sepamos aceptar con alegría tu yugo,
que con amor es más fácil de llevar.
Y ayúdanos a aliviar mutuamente nuestras cargas
por tu Hijo, que vive para siempre con nosotros,
Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Aun siendo débiles a veces, aprendemos a llevar con fortaleza nuestras cargas cuando nos percatamos de que el Señor está íntimo a nosotros y de que podemos siempre contar con él.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
(Is 40,25-31; Mt 11,28-30)
Introducción
El Dios todopoderoso está cerca de los débiles. Éste es el mensaje de hoy. A los desterrados, que se sentían abandonados de Dios, y que veían el poder de Babilonia y el supuesto poder de sus dioses, el Dios de Israel les proclama a través del profeta: Yo soy el Dios todopoderoso. Confíen en mí y cuenten conmigo; a ustedes les haré fuertes.
Jesús asume para sí mismo estos poderes, y dice: Vengan a mí ustedes, los pequeños, los humildes que están agobiados por leyes en nombre de la religión, y yo, que me he hecho pequeño y humilde con ustedes, les fortaleceré y les enseñaré a amar; y entonces sus cargas serán livianas.
Oración Colecta
Oh Dios, omnipotente y eterno:
A veces no sabemos
dónde estás, o hacia dónde nos encaminamos.
Cuando nuestras cargas sean demasiado pesadas de llevar,
ayúdanos a seguir buscándote
y enséñanos a volvernos humildes de nuevo,
para que estemos abiertos a la fuerza que tú nos das
por medio de aquél
que aceptó estar cansado con los fatigados,
Jesucristo, nuestro Señor.
por los siglos de los siglos.
Intenciones
- Para que el Señor elimine de nuestros corazones toda soberbia y toda aspereza, y nos haga amables y humildes, roguemos al Señor.
- Para que animemos a los débiles y les apoyemos para que sean valientes en el Señor, roguemos al Señor.
- Para que auxiliemos a otros, amigos y enemigos, ayudándoles a llevar las pesadas cargas de la vida, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios todopoderoso:
Con frecuencia miramos lejos
buscándote a ti y anhelando tu fuerza
y olvidamos que estás tan cerca de nosotros,
en tu Hijo y en los hermanos.
Fortalécenos con el pan de vida de Jesús,
tu Hijo en medio de nosotros.
Haz que afrontemos la vida con ánimo y valor,
ya que tú la has hecho digna de vivirse
por medio de los buenos hermanos que nos rodea
y por el mismo Jesucristo,
que vive contigo y con nosotros
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Oh Dios de bienestar y de fuerza:
En esta eucaristía
tú nos has dirigido tu palabra refrescante
y renovado nuestro ánimo
con el cuerpo y la sangre de tu Hijo.
De todo corazón te damos gracias.
Ayúdanos, a cambio,
a hacernos cercanos a nuestros prójimos necesitados
y a ser refugio de descanso para los cansados de la vida.
Haz que sepamos aceptar con alegría tu yugo,
que con amor es más fácil de llevar.
Y ayúdanos a aliviar mutuamente nuestras cargas
por tu Hijo, que vive para siempre con nosotros,
Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Aun siendo débiles a veces, aprendemos a llevar con fortaleza nuestras cargas cuando nos percatamos de que el Señor está íntimo a nosotros y de que podemos siempre contar con él.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.