Liturgia Viva del Martes de la 30ª semana del Tiempo Ordinario

SEMILLA DE MOSTAZA Y LEVADURA
(Año I. Rom 8,18-25; Lc 13,18-21)

Introducción
Año I. Nos dice San Pablo que la creación misma debe ser liberada y redimida junto con la gente que vive en ella. Al llegar a ser más libre, la gente habría de usar la creación de Dios y el progreso técnico no para destruir sino para servir, para liberar cada vez más a cada persona humana y a todas las cosas creadas.
Evangelio. El reino de Dios debe desarrollarse entre nosotros, como una semilla que crece y se va haciendo árbol; como harina transformada en rico pan por la acción de la levadura. Pero crecer significa cambiar e ir hacia adelante, marchar derecho, y esto no puede ocurrir sin transformarse y sin decir adiós al pasado e incluso al presente, caminando en esperanza hacia el futuro. Esto lleva consigo el dolor de la separación, el renunciar a algo conocido y familiar, y al mismo tiempo también la alegría de saber que marchamos por el buen camino con el Señor.

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú nos llamas a nosotros,
peregrinos con tu Hijo,
a salir de nuestras certezas
del presente conocido y familiar
hacia un futuro de esperanza y de alegría
aun cuando no lo vemos claro ahora.
No permitas que vivamos instalados
en nuestra propia mediocridad.
Que nuestro adiós al presente
no esté marcado por la tristeza.
Cólmanos de total confianza
en quien nos conduce hacia ti,
tu mismo Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.

Intenciones
  • Para que la chispita de fe, todavía viva en los corazones de muchos que abandonan la Iglesia, no se extinga totalmente, sino que se reavive de nuevo como luz brillante que les guíe a Dios y a los hermanos, roguemos al Señor.
  • Para que los padres y los maestros siembren en los corazones de nuestros jóvenes las semillas de la fe y de un amor generoso y servicial, roguemos al Señor.
  • Para que los misioneros sigan sembrando abundantemente la semilla de la gozosa Buena Nueva del Señor en nuestro mundo, frecuentemente indiferente y hostil, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tú nos ofreces tu propio futuro esperanzador
en tu Hijo Jesucristo.
Que él nos dé coraje y valor
para marchar hacia ese futuro con esperanza,
sin mirar atrás, sin añoranzas ni vacilaciones.
Danos el pan de vida
que nos sustente en nuestro viaje,
que es Jesucristo mismo, nuestro Señor.

Oración después la Comunión
Señor Dios nuestro:
A ti, que eres toda nuestra esperanza,
te rogamos con la más total confianza.
Que tu Hijo, ahora aquí entre nosotros,
nos despierte de nuestra autocomplacencia,
y nos abra a la transformación y al crecimiento
aunque el proceso sea siempre difícil.
Enciende en nosotros el fuego de su Espíritu
para que lo que has sembrado y plantado en nosotros
produzca una rica cosecha
de bondad, luz y amor duraderos.
Concédenoslo en el nombre de Jesús, el Señor.

Bendición
Hermanos: Pensemos en nuestra fe como pequeña semilla que debe crecer. La hemos recibido como don para que se desarrolle. Mientras crecemos en fe y también, así lo esperamos, en sabiduría, nuestra fe y nuestro amor a Dios y a los hermanos debería hacerse cada vez más ancho y más profundo. Pidámosle al Señor esta gracia.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.