Liturgia Viva del Sábado de la 28ª semana del Tiempo Ordinario

FE – FIDELIDAD
(Año I. Rom 4, 13. 16-18; Lc 12, 8-12)

Introducción
    Año I. La fe consiste en encontrar a un Dios viviente y aceptar su palabra, creyendo en una promesa. Esto es lo que hizo Abrahán, y Dios cumplió la promesa. Esto es, de alguna manera, lo que dos jóvenes hacen  cuando emprenden matrimonio. Confían en que   podrán llevarlo a cabo, que podrán profundizar sus relaciones, que crecerán en amor y fidelidad. Ésta es la aventura de los religiosos consagrados: creen en una promesa  -por eso hacen un voto-, una promesa a un Cristo que promete. La promesa pertenece al orden del amor: se trata de una confianza, un amor, una fidelidad que debe seguir creciendo.
    Evangelio. Para los que son fieles a él, Cristo promete que el Espíritu hablará y trabajará en ellos en tiempo de prueba.

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú puedes resucitar a los muertos.
Tú quieres que confiemos en ti
y que creamos en tus promesas.
Danos una fe suficientemente fuerte
para seguir esperando en la buena noticia
de tu poder que puede renovar el mundo,
de la gente capaz de unidad y de paz,
y de la alegría de un amor rejuvenecido
que puede soportar y hacer todo
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Para que los misioneros renuncien generosamente a sus casas, su familia y todo lo que les es familiar para entregarse a la causa Cristo, roguemos al Señor.
  • Para que los jóvenes dejen a su padre y a su madre por el amor del uno hacia el otro, ratificado en matrimonio, confiando en Dios como su guía y compañero fiel, roguemos al Señor.
  • Para que en nuestras comunidades cristianas aprendamos a crecer con amor y a confiar más los unos en los otros, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En esta eucaristía tú te revelas de nuevo
como puro “don de ti mismo”;
te entregas a nosotros con amor,
tu Hijo se convierte en nuestro alimento,
tu Espíritu se derrama sobre nosotros.
Abre nuestros ojos y nuestro corazón
para que podamos ser conscientes
de que tú vives entre nosotros
y que nuestras esperanzas y tus promesas
llegarán a ser realidades concretas
cuando aprendamos de ti a entregarnos nosotros mismos
a ti y a nuestro pueblo.
Danos valor para hacerlo así
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias por Jesús, tu Hijo.
Con la fuerza de su Espíritu Santo
ayúdanos a decir sí a tu palabra,
y a ser moldeados a imagen y semejanza de Jesús,
para que podamos nacer de nuevo
y ser el  pueblo vivo de la promesa,
abierto a la vida y al amor
y mirando a todo con esperanza,
a causa de Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Fe no es solamente una creencia en ciertos dogmas y verdades, sino mucho más: es confianza en una persona. Creemos en Dios. Creemos en Cristo. Creemos en el Espíritu Santo. Confiamos en Dios, nos fiamos de él, y nos entregamos confiadamente a él. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.