Liturgia Viva del Jueves de la 26ª semana del Tiempo Ordinario

PALABRA DE DIOS Y COMUNIDAD  (Año I. Neh 8, 1-12; Lc 10, 1-12)

Introducción

Lectura. En la primera lectura de hoy leemos cómo la Fiesta de los Tabernáculos, originariamente una fiesta de las cosechas de trigo y de vendimia, fue espiritualizada,   y se convirtió en una fiesta memorial: recuerdo del éxodo y de renovación de la Alianza.  La palabra de Dios se leía al pueblo. La palabra era como una fuente de gran alegría y sacudía sus corazones. Así ayudó grandemente a edificar la comunidad.

Evangelio. Poca gente se impresiona por el hecho de que un obispo viva una vida de pobreza en un gran palacio o de que los sacerdotes, religiosos y religiosas sean sobrios y comedidos en su vida personal mientras utilizan ricos y poderosos medios e instituciones para llevar a Dios al pueblo. Los misioneros, por muy entregados y serviciales que puedan ser, no son muy convincentes, y encuentran gran dificultad en edificar comunidad, si importan desde el extranjero poderosos medios, utilizados para el ministerio pastoral. ---  Cuando Jesús envía a sus misioneros a evangelizar a los pobres, él quiere que sean, como él, pobres entre los pobres. La verdadera y evangélica pobreza es un ideal difícil de conseguir. Pero ¿nos mueve todavía ese ideal?

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú hablas tu palabra
y ella nos reta a responderte.
Tú hablas tu palabra
y ella reúne juntos
a los que están dispuestos a escuchar.
Que tu palabra nos edifique
como una comunidad que te responda con lealtad
y esté deseosa de seguir a tu Palabra Viva,
encarnada y hecha hombre:
Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones

  • Por los que proclaman la palabra de Dios, para que ellos mismos se imbuyan de ella y, desde esa experiencia de plenitud, la proclamen con convicción y ardor, roguemos al Señor.
  • Por los que oyen la palabra de Dios, para que la acojan gozosamente y la atesoren en sus corazones, con  frutos palpables de justicia, paz y amor, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros, para que la palabra de Dios nos libere de la superficialidad y del temor, de nuestras certezas y seguridades demasiado humanas,  y nos dé una más profunda percepción de nuestra fe, para que vivamos realmente de acuerdo con lo que creemos, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Háblanos, por medio de este pan y vino,
con tu Palabra Viva, que es Jesucristo mismo.
Parte para nosotros el pan de fortaleza
y sírvenos el vino que desate nuestras lenguas,
para que, con nuestras vidas,
podamos proclamar bien alto
el mensaje de esperanza y alegría del Evangelio.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Habla, Señor, que tus siervos escuchan.
Habla y revélanos quién eres tú
y qué esperas de nosotros.
Háblanos en los acontecimientos de la vida
y en la gente que encontramos en derredor.
Háblanos en el silencio de nuestro vacío interior
y de nuestra aparente ausencia.
Y tranquiliza nuestros corazones
para que podamos oírte y responderte fielmente
con la fuerza de Jesucristo mismo,
tu Hijo, nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Una comunidad vive por la palabra de Dios. La palabra es su alma y su corazón. La palabra convoca juntos a los miembros de la comunidad,  les inspira y los envía a compartirla con otros. Que ojalá sepamos escuchar siempre con atención y entusiasmo la palabra de Dios.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos nosotros y permanezca siempre.