Liturgia Viva del Sábado de la 5ª semana de Pascua

RECHAZADOS CON CRISTO
(Hch 16,1-10; Jn 15,18-21)

Introducción
    El mundo que rechazó a Cristo odia al mismo Cristo y a sus discípulos; el mundo les persigue porque el estilo de vida de un buen cristiano es siempre una condenación silenciosa del mismo mundo. Pensemos, por ejemplo, en las películas de Luis Buñuel, el director español, que estaba obsesionado  por todo lo cristiano y lo ataca con sarcasmo amargo.
    Quizás más amortiguada que la persecución es la actitud de un mundo que no ha descubierto a Cristo o que tiene una imagen distorsionada de él y del cristianismo. Para esa gente nosotros somos ridículos, atrasados, irrelevantes, lejanos de la realidad, estamos en las nubes y somos dignos de una sonrisa llena de lástima.
    Sin embargo, ésta fue precisamente la suerte de Jesús. Nosotros compartimos su amor, y también el tratamiento que le otorgó por el mundo. El discípulo no es mejor que el maestro. En el discípulo el mundo todavía rechaza a Cristo, el Maestro. Al menos estamos en buena compañía…

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
¡Qué bueno vivir en la amistad
de tu Hijo Jesucristo!
Haz que nos percatemos
de que también en este amor
estamos comprometidos con él  
y compartimos con él,
para lo bueno y para lo malo,
tanto la incomprensión y contradicción
como la alegría e intimidad.
Ayúdanos a regocijarnos
incluso cuando seamos tratados
con indiferencia o con burla por causa de Jesús,
porque ello significa que él está todavía con nosotros,
él,  nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.

Intenciones
  • Para que el Espíritu Santo impulse y guíe a los misioneros a llevar la alegría de Pascua a otros pueblos y culturas, roguemos al Señor.
  • Para que, como los primeros cristianos, los perseguidos a causa del Jesús mantengan con firmeza su alegría y su testimonio, roguemos al Señor.
  • Para que, como nuestro Señor Jesús, estemos nosotros dispuestos e ilusionados para servir a los hombres nuestros hermanos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tu Hijo Jesús nos sirve la copa de alegría,
pero ésta a veces puede convertirse
en copa de sufrimiento
que habremos de beber hasta las heces.
Que su Espíritu nos inspire y nos guíe
para seguir con él cuando el camino sea escabroso,
como él está siempre con nosotros,
él que es nuestro Señor
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias
por la alegría de participar en el banquete de tu Hijo
en esta celebración eucarística.
Haz nuestra fe suficientemente fuerte
para poder compartir la vida entera de Jesús,
incluso cuando fue rechazado o ignorado,
y nosotros con él.
Haznos comprender que su misterio pascual
es, a la vez, muerte y vida
y que ésa es la forma cómo tenemos que vivir
con Jesucristo resucitado, nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: El mensaje de Cristo no siempre es un mensaje cómodo, tanto más cuanto que habla también necesariamente de  la cruz. Pero debemos proclamar el mensaje, aun cuando tengamos que afrontar el ridículo y la contradicción.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.