Liturgia Viva del Santa Inés

SANTA INÉS, Virgen y Mártir

Introducción
    Pocos santos han sido tan populares en Roma como la niña de doce o trece años, Santa Inés. En un tiempo de masivas defecciones de la fe, en el año 305 aguantó la tortura del martirio con sano idealismo y con paciente fidelidad. En ella vemos que también los jóvenes son capaces de adoptar difíciles decisiones. Su nombre se deriva o del griego agnos (pura) o del latín agnus (cordero). Quizás por eso es tradición que hoy, en Roma, el Papa bendice lindos corderillos con cuya lana se tejerá el palio (sencilla cinta litúrgica reservado a los arzobispos).

Oración Colecta
Oh Dios y Padre nuestro:
La juventud y la inocencia no son obstáculo
para comprender el mensaje de tu Hijo
y para seguirle con coraje y valor.
Que la callada fuerza de Santa Inés nos inspire
a no avergonzarnos de tu Hijo
y de su mensaje de vida y libertad,
aunque tengamos que afrontar contradicciones.
Ya que llevamos, como cristianos,  
el nombre de tu Hijo,
ayúdanos a ser siempre fieles a él,
porque él es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Al ofrecer este pan y este vino
recordamos cómo tu Hijo entregó su vida
por nosotros, sus amigos.
Que él nos colme con valor y fortaleza renovados
para seguir sus huellas
y para vivir cercanos a él
en la vida y en la muerte,
porque él nuestro Señor
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión
Señor, Dios todopoderoso:
Por medio de lo que es joven y frágil
tú avergüenzas muchas veces
a los que con orgullo piensan
que son experimentados y fuertes.
Por la palabra y por el cuerpo de Jesucristo
danos el valor y la fuerza para cumplir
con las exigencias del evangelio.
Que, como para Santa Inés,
tu Hijo signifique tanto para nosotros
que sea él nuestra vida, aun en la muerte;
y que con él nos alcemos
por encima del dolor y el sufrimiento,
porque él es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.