Liturgia Viva del Domingo de la Sagrada Familia: Jesús, María y José - Ciclo C

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

1. En la Casa del Padre
2. Ocupado en los Asuntos del Padre

Saludo (Ver la Segunda Lectura)
Somos ya hijos de Dios;
No tenemos por qué temer en su presencia.
Que el Señor Jesús esté siempre con ustedes.

Introducción por el Celebrante (Dos Opciones)

1. En la Casa del Padre

Nos puede sorprender oír a Jesús cómo les pregunta a sus propios padres angustiados, María y José:  “¿Por qué me estaban buscando? ¿No sabían ustedes  que debo estar donde está mi Padre?”. Incluso María y José, santos de Dios, tenían que aprender todavía y crecer en su fe. – Como la Sagrada Familia, nuestras familias, y cada uno de nosotros, tenemos también que crecer en la fe.  Quizás será a través de dolorosas pruebas y sufrimientos, como el de María y José, como nuestra fe llegará a madurarse. También se nos formula a nosotros la misma pregunta: ¿No sabían ustedes…?

2. Ocupado en los Asuntos del Padre
Quizás sea difícil para nosotros imaginar que Jesús, Hijo mismo de Dios, fuera realmente humano, que crecía no sólo físicamente, sino que también iba madurando como persona, y descubría poco a poco  la conciencia de sí mismo, quién era él mismo. Desde luego, la Sagrada Familia entera buscó siempre hacer la voluntad de Dios, pero hoy vemos a Jesús afirmar que ha tomado conciencia de que tiene una relación especialmente íntima con el Padre y que lo que realmente importa para él es la voluntad amorosa de Dios. ---  ¿Es eso también para nosotros realmente lo más importante, y no habríamos de crecer en nuestra intimidad con Dios? Que Jesús en esta eucaristía nos ayude a madurar totalmente  en el amor a Dios.

Acto Penitencial
¿Sentimos deseos todavía de crecer en nuestra fe?
Examinémonos ante el Señor.
        (Pausa)
Señor Jesús, tú aceptaste vivir bajo la autoridad de María y de José.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo Jesús, tu madre meditaba en su corazón los acontecimientos que ocurrían en su vida.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, con María y con José tú buscaste por encima de todo la voluntad del Padre del cielo:
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, perdona nuestros pecados y nuestra falta de comprensión. Haz que maduremos constantemente en nuestra fe y en nuestro amor. Llévanos a la vida eterna.

Oración Colecta
Oremos para que Jesús, el Señor, crezca en nosotros.
        (Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Te damos gloria y alabanza
porque elegiste para tu Hijo una familia humana.
Por medio de las oraciones  y el ejemplo de María y José,
allí en el hogar de Nazaret,
queremos  también nosotros aprender
a dejar espacio a Jesús en nuestra vida,
para que él crezca día a día en nosotros y en nuestra familia
y nos haga más semejantes a él.
Haz que nuestras familias se centren
en descubrir y cumplir siempre
la voluntad de Dios
y en vivir en armonía y amor.
Te lo pedimos en el nombre del mismo Jesús, el Señor.

Primera Lectura (Eclo 3,2-6.12-14): Honra a tu Padre y a tu Madre
Los dos fundamentos de la vida familiar son amor y respeto, dice la Biblia. ¿No habrían de permanecer estas dos virtudes como la piedra angular de nuestras familias,  hoy en día?

Segunda Lectura (Col 3,12-21): Vida en el Señor
Digan y hagan todo en el nombre del Señor Jesús, y tendrán la correcta relación con Dios y con los hermanos, sobre todo en el círculo íntimo de la familia.

Evangelio (Lc 2,41-52): Tengo que estar en la Casa de mi Padre
Cuando Jesús se queda perdido en el tempo, sus padres María y José experimentan de nuevo el malestar de formar parte de la misión de Jesús. El servicio a Dios y a la gente tiene lugar primero y preferente.

Oración de los Fieles.
Con la Sagrada Familia de Nazaret confiamos en el Señor, que conoce todas nuestras necesidades, y le pedimos que bendiga a todas las familias del mundo, cristianas y no cristianas. Y digámosle: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por la gran familia de la Iglesia, para que sea madre bondadosa y hogar cálido para todos, especialmente para los pobres, necesitados y afligidos, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por todos los matrimonios, para que sepan conservar la frescura de su primer amor,  o al menos volverlo a descubrir y recuperar, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por todas las familias del mundo, para que sus miembros   -padres e hijos-  sigan creciendo en comprensión, aprecio y servicio mutuo, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por los niños y por los jóvenes, para que sus padres sean para ellos personas maduras seriamente interesadas por su crecimiento y auténtica felicidad, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias. 

- Por los matrimonios en dificultad,  por los separados y por sus  hijos, para que puedan encontrar hermanos y amigos  afectuosos que con su comprensión y apoyo les ayuden a superar los fallos de su vida en el hogar, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por nuestras comunidades cristianas, para que como miembros de una sola familia aprendamos  a llevar los unos las cargas de los otros y a compartir también mutuamente las satisfacciones y alegrías, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

Padre bondadoso, nosotros confiamos en ti. Que no neguemos los unos a los otros el mismo amor que tú nos muestras en Jesucristo nuestro Señor.
 
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Tú nos invitas a participar
en la mesa de familia de Jesús, tu Hijo.
Que el alimento y la bebida que él nos da
nos transforme en verdaderos dones para nuestros hermanos,
para que nos convirtamos los unos para los otros
en  pan y vino, vida y alegría.
Que el respeto y el amor servicial
sean nuestra ofrenda a los hermanos,
hoy, mañana y cada  día
motivados por tu Hijo que está en medio de nosotros,
Jesucristo nuestro Señor.

Introducción a la Plegaria Eucarística
Hoy damos gracias al Padre por habernos dado a la Sagrada Familia de Nazaret como modelo de amor servicial para nuestros hogares. Que esta eucaristía nos haga responder con interés y entusiasmo al amor de Dios.
 
Introducción al Padre Nuestro
Unidos ante Dios como hijos suyos recemos la oración que Jesús de Nazaret nos  enseñó:
R/ Padre nuestro…

Líbranos, Señor  
Líbranos, Señor, de todos los males
y que la paz de Cristo viva
en nuestros corazones y en nuestros hogares.
Guárdanos de todo lo que nos divide 
o nos encierra en nosotros mismos.
Danos compasión, amabilidad y paciencia,
para que preparemos con alegría y esperanza
la venida plena entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…

Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Señor,
que viene para unirnos a todos
como hijos e hijas del Padre.
Dichosos nosotros,
invitados a la mesa de familia del Señor.

Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Jesús tu Hijo se hizo cercano a nosotros
en esta celebración eucarística.
Ha estado aquí con nosotros
asequible y disponible para todos.
Que él siga viviendo
en nuestros hogares y en nuestras comunidades.
Que nos haga también a nosotros
asequibles y disponibles, los unos a los otros,
aun a costa de nuestro bienestar personal,
y, con María y José,
nos haga disponibles para cualquier tarea y misión
que tú quieras encomendarnos.
Porque podemos hacer muchas cosas
en el nombre de Jesús, el Señor.

Bendición
Hermanos: ¡Qué bueno que hemos podido estar juntos
como familia del pueblo de Dios
y orar con la Sagrada Familia de Nazaret
por todo lo que nos es muy querido a todos nosotros:
nuestros hogares, nuestras familias,
la comunidad cristiana,
la familia mayor de nuestro país y nación!
Que Dios todopoderoso les bendiga
a todos ustedes y a sus familias
y les guarde siempre en su amor:
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.