Liturgia Viva del Martes de la 3ª semana de Adviento

PECADORES ABIERTOS A LA PALABRA
(Sof  3,1-2. 9-13; Mt 21:28-32)

Introducción
    Dios habló continuamente a su pueblo de palabra y de obra; sin  embargo, su pueblo no escuchó. Pero, de entre los miembros del pueblo, un  "Resto" de gente pobre volverá a Dios. Con ellos, todas las naciones paganas y pecadoras vendrán  a servir a Dios. Los pecadores que reconocen su pobreza quizás están más abiertos a Dios que los que se jactan de ser rectos y santos. Estos miembros del "Resto de Israel", por su fidelidad y su celo, sirven de inspiración a todos, incluso a extraños y marginados, y les motivan a ser mejores.

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú estás cercano
a los pobres y a los pecadores arrepentidos.
No permitas que seamos soberbios
y por tanto que no confiemos en nosotros mismos,
sino enséñanos más bien a ser humildes y sencillos,
de forma que reconozcamos nuestras limitaciones
y nos abramos a ti y a tu venida a nosotros
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
 
Para la Oración de los Fieles
  • Por la Iglesia, para que reconozca más fácilmente que necesita renovarse constantemente para que sus miembros puedan llegar a ser más semejantes a Jesús, roguemos al Señor.
  • Por los pobres entre nosotros, para que sepamos compartir más con ellos lo que tenemos y tratarlos mejor como personas humanas, roguemos al Señor.
  • Para que, conscientes de la pobreza de nuestros corazones, nos volvamos menos pretenciosos y más abiertos a Cristo, roguemos al Señor.

Oración de Ofertorio
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
te rogamos hoy que compartas con nosotros
el pan de tu Hijo, el pan de los pobres.
Que venga él a nosotros,
que permanezca con nosotros.
Y acepta en estos sencillos signos de pan y vino
nuestro sincero deseo de hacer con él tu voluntad junto con Jesús.
Y cuando fallemos en cumplir nuestra promesa,
vuelve a nosotros y perdónanos.
pues tú eres nuestra fortaleza
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Oh Padre amoroso:
Antes de volver a nuestro trabajo cotidiano,
te pedimos de nuevo que seamos conscientes
de que necesitamos a tu Hijo Jesús.
Mantennos abiertos a su venida,
para que le reconozcamos cuando nos visite
en los acontecimientos de la vida,
en nuestro prójimo que reclama ayuda
o que espera una palabra de aliento,
pues Jesús es nuestra esperanza
por los siglos de los siglos.

Bendición
Hermanos: Jesús vivirá en medio de nosotros si somos sencillos y humildes, buscando con Jesús  la voluntad del Padre.
Quizás entonces algunos que piensan que no pertenecen a nuestro grupo, a la Iglesia, se unan a nosotros. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.