Liturgia Viva del Martes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario

DEL ENEMIGO AL PRÓJIMO
(Año I.  2 Cor 8:1-9;  Mt  5:43-48)

Introducción
Año I: San Pablo nos dice hoy que las iglesias en condiciones de mayor bienestar deben ayudar a las más pobres.  Él aplica esto aquí cuando pide a la Iglesia de Corinto, una iglesia de origen pagano,  ayudar a la iglesia más pobre de Jerusalén.
Evangelio:  Jesús concluye parte de este Sermón de la Montaña con las palabras “Sean perfectos, como su Padre del cielo es perfecto”.  ¡Meta no fácil de conseguir!  Debemos salir de nosotros mismos para amar a todos y cada uno de nuestros hermanos, incluidos también nuestros enemigos.  Hemos de imitar a Dios en su amor, que manda al  sol alumbrar  igualmente a buenos y a malos.

Colecta
Padre nuestro que estás en el cielo,
Dios de amor:
En tu Hijo Jesucristo
nos has mostrado tu ternura
y nos has aceptado  –pecadores como somos-
como tus hijos e hijas.
Comparte tu corazón con nosotros,
haznos misericordiosos y comprensivos;
que, por el modo como tú nos has tratado,
aprendamos a acoger a todos
sin condiciones ni reservas,
y a olvidar y perdonar todas las ofensas,
de forma que lleguemos pronto
a asemejarnos cada vez más a ti.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

Intenciones
  • Señor, que tu Espíritu nos dé el valor para rogar sinceramente por los que nos odian o nos perjudican, y para devolverles bien por mal, te rogamos.
  • Señor, cambia los corazones de los que no saben perdonar y rechazan el perdón, y  –para motivarles positivamente-  recuérdales cómo tú les has perdonado a ellos, te rogamos.
  • Señor, que los encargados de organizaciones y proyectos de de caridad y solidaridad sean honestos en administrar intachablemente los bienes que se les han confiado, te rogamos.
Oración sobre las Ofrendas
Padre del cielo:
Estos son los dones de reconciliación y de paz
que hoy traemos ante ti
para celebrar la fiesta de amor de tu Hijo.
Ayúdanos a descubrir con él
lo mejor que hay en cada uno de nosotros
y a hacernos mejores  unos a otros
con el mismo amor clemente y liberador
que tú nos has manifestado
en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Oración antes de la Comunión
Dios, Padre nuestro:
Hemos celebrado con tu Hijo
el sacrificio que nos ha traído
paz y reconciliación
Con sus palabras y su vida nos ha enseñado
a perdonarnos unos a otros de corazón.
Que su Espíritu more en nosotros;
que sepamos perdonar sin reservas ni condiciones,
y que podamos caminar juntos
mucho más lejos de lo que se nos pide
en el camino hacia los otros y hacia ti,
que eres nuestro Dios santo y misericordioso,
ahora y por siempre.

Bendición
Hermanos: “Amen a sus enemigos. Hagan el bien a los que les odian, y rueguen por los que les persiguen.”  Así nos ha dicho rotundamente el Señor.  Difícil, muy difícil. Pero eso es lo que Jesús hizo. ¿Lo consideramos imposible para nosotros?
Que el Señor nos dé coraje y valor para cumplirlo en nuestra vida,  y con todo su poder nos bendiga: el Padre,  el Hijo, y el Espíritu Santo.