Liturgia Viva del Martes de la 2ª semana de Cuaresma

LA RELIGIÓN ES INTERIOR – ¡HIPOCRESÍA, NO!
(Is 1,10. 16-20; Mt 23,1-12)

Introducción
    Cuando conocemos nuestra fe y nuestra práctica, nuestras obligaciones y observancias religiosas   -cuando vamos a misa, recibimos los sacramentos y practicamos penitencia en Cuaresma- …¿somos buenos cristianos? Sí, pero sólo si nuestro corazón está en lo que hacemos; si obramos como creemos y hacemos lo que decimos; si nuestra fe afecta a nuestro vivir de cada día y a nuestras relaciones con nuestro prójimo; en una palabra, si construimos de verdad el reino de Dios. De otro modo, nuestra fe es hipocresía…

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú quieres que vivamos nuestra fe
no tanto como una serie de regulaciones y de prácticas,
sino como una relación de persona a persona
contigo y con los hermanos.
Señor, guarda nuestros corazones vueltos hacia ti,
para que podamos vivir lo que creemos
y expresar nuestro amor a ti
en términos de servicio y amor
a los hermanos con los que convivimos,
como hizo Jesús, tu Hijo,
que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.

Intenciones
  • Para que seamos honestos y valientes para reconocer lo disparatado y erróneo en nuestra Iglesia y en la sociedad, y para expresar con toda entereza nuestra enérgica protesta, roguemos al Señor.
  • Para que los líderes en la Iglesia y en la política no contradigan con actitudes y obras de codicia y de hambre de poder sus buenas palabras y lindas promesas, roguemos al Señor.
  • Para que todos nosotros nos cuidemos de las viudas y huérfanos y de los que pasan difíciles momentos en su vida, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Estamos reunidos ante ti,
con tu Hijo Jesús en medio de nosotros.
Que aprendamos de él
que celebrar la eucaristía
no sustituye a nuestro compromiso
por el trabajo de justicia y misericordia,
aunque reconocemos que la eucaristía
es fuente de fortaleza para nuestra lucha.
E inspíranos para que sepamos construir
tu reino de amor y de paz entre nosotros.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú nos envías a formar tu comunidad,
a ser signo viviente de tu presencia ante el mundo.
No permitas que  busquemos llamar la atención
sobre nosotros mismos o sobre nuestras prácticas
caritativas o religiosas,
sino que vayamos juntos hacia ti como tu pueblo
guiando y conduciendo al mundo hacia ti.
Que el servicio y el amor
sean  nuestra humilde forma de actuar
y que Jesús sea quien nos conduzca siempre,
él, que vino para servir con amor
y es Hijo tuyo y Señor nuestro
por los siglos de los siglos.

Bendición
Hermanos: Ojalá el Señor nos dé un sentido de honestidad con él y con nosotros mismos, para que no pretendamos ser mejores de lo que somos y que no hagamos nada con el fin preciso de ser vistos y aplaudidos por los demás. Dios sabe todo, y eso basta.
Que la bendición del Dios santo y verdadero, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.