Liturgia Viva del Sábado de la 2ª semana del Tiempo Ordinario

HAMBRIENTOS DEL MENSAJE
(Año I. Heb 9,2-3.11-14; Mc 3,20-21)

Introducción
       Año I. El culto del Templo de la Antigua Alianza no podía salvar, porque no exigía compromiso personal de conversión de quien ofrecía sacrificios. Pero el sacrificio de Jesús fue profundo y total. Se sacrificó a sí mismo. Su sangre nos trajo salvación.
       Evangelio. Los escasos versos  del evangelio de hoy nos dicen solamente que la muchedumbre estaba tan deseosa de oír el mensaje de Jesús que no les dejaba tiempo, a Jesús y a sus discípulos, ni para comer.

Oración Colecta
Oh Dios, salvador nuestro:
Tú has mostrado misericordia para con tu pueblo
en tu Hijo Jesucristo.
Queremos pertenecer a él,
para conseguir  amarle más profundamente,
y de esta manera conocerle a él como es,
y también conocerte a ti como nuestro Padre.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Por nuestras comunidades cristianas y por nosotros mismos, para que seamos menos exigentes con los demás y, por otra parte, seamos más atentos y considerados  los unos con los otros. Y para que sirvamos con creces a las necesidades de todos, roguemos al Señor.
  • Por las muchas personas que nos sirven en diferentes necesidades, como sirvientas, mecánicos,  choferes, enfermeras, policías y todos los demás --demasiados para nombrarlos a todos--,  para que les estemos siempre agradecidos por sus servicios, roguemos al Señor.
  • Por todos los heridos de la vida, por los que se sienten menospreciados o abiertamente despreciados a causa de nuestras palabras, nuestros gestos o nuestra conducta, para que sepan perdonarnos generosamente, y que esto nos inspire a respetar más a todos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Padre de nuestro Señor Jesucristo:
Los discípulos de Emaús
reconocieron a tu Hijo al partir el pan.
Permítenos que le conozcamos también nosotros
cuando aquí parta él para nosotros
el pan de vida de la eucaristía.
Que, para nosotros, “conocerle” signifique también amarle,
y amándole le conozcamos mejor.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
En esta eucaristía
hemos comenzado a conocer a Jesús un poco mejor,
porque él nos ha dirigido su palabra
y ha compartido su propio ser con nosotros,
sentados a su mesa.
Danos la gracia de llevar a otros a conocerle
como el Señor, salvador de todos,
que ha traído perdón y vida,
y danos también la gracia de alabarte por medio de él
como nuestro Dios, que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

Bendición
Hermanos: La gente no les dejaba tiempo, a Jesus y a sus discípulos, ni para comer. ¿Estamos nosotros ávidos y deseosos de conocer a Jesús y su Evangelio, Buena Nueva de salvación? Ojalá lleguemos a conocerle profundamente; y entonces conoceremos mejor también  qué sentido tiene nuestra vida.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.