Liturgia Viva del Miércoles de la 32ª semana del Tiempo Ordinario

GRATITUD 
(Año II. Tit 3,1-7; Lc 17, 11-19)

Introducción Los reyes judíos eran representantes de Dios ante el pueblo en virtud de su unción. Ahora viene el autor del Libro de la Sabiduría y nos dice que también los gobernantes paganos han recibido su autoridad de Dios. Y deben ejercerla sabiamente para hacerlo bien según la ley del mismo Dios, porque tienen que rendir cuentas a él.
Año II. La primera parte del texto de la carta a Tito suena como oración de intercesión por la comunidad cristiana,  y puede reflejar, por tanto, la vida litúrgica de la joven Iglesia. Después, la carta afirma que el Espíritu Santo ha sido derramado abundantemente sobre  nosotros en el bautismo.
Evangelio. En el relato de la curación de los diez leprosos Lucas acentúa el contraste entre los nueve judíos, que después de su curación van a cumplir con las regulaciones de la ley pero se olvidan de la gratitud, y el samaritano, que vuelve a darle gracias a Jesús. – Nosotros también, con frecuencia olvidamos ser agradecidos  por los dones recibidos. Quizás nos resulta un poco humillante el que nos recuerden nuestra dependencia de otros… No olvidemos que el amor de Dios llega a nosotros normalmente por medio de la gente que se preocupa de nosotros y nos ayuda. Por todo el bien inmenso que hemos recibido, sobre todo a través de Jesucristo, damos gracias especiales en esta eucaristía, que es por naturaleza “Acción de Gracias”.

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
De ti procede todo lo que somos y tenemos;
te debemos sobre todo la vida, el  perdón y el amor,
a través de tu Hijo Jesucristo.
Te pedimos hoy nos concedas un corazón agradecido.
Que seamos  agradecidos por las cosas buenas,
no solamente  por tener suerte en la vida
o por la felicidad de sentirnos realizados,
sino también por la alegría de que  en Jesús
hasta el sufrimiento y la muerte tienen  sentido.
Acepta nuestra acción de gracias, Padre Bueno,
por Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Por el nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia, para que nuestro Dios bondadoso la bendiga por todo lo que ella nos ha dado: el amor de Dios, la vida de Dios, y la inspiración y la fortaleza del Espíritu Santo,  roguemos al Señor.
  • Por nuestros padres y por todos los que han sido buenos con nosotros, para que el Padre celestial los bendiga y los guarde en su amor, roguemos al Señor.
  • Por nuestro país y nuestro pueblo, para que Dios los bendiga por las riquezas de nuestra cultura transmitida hasta nosotros, y por la fe cristiana que nos han dejado en herencia, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
En esta eucaristía celebramos
la Acción de Gracias de Jesús, tu Hijo.
Señor, tenemos mucho que agradecerte.
Con este pan y vino
déjanos alabarte y darte gracias
porque por la pasión de Jesús  
podemos vencer en nuestras luchas,
y por su resurrección conseguimos
el valor para vivir, para ser creativos
y para impregnar todo lo que  hacemos
con la profundidad del amor
de Jesucristo nuestro Señor.    

Oración después de la Comunión
Señor Dios, Padre nuestro:
Acepta nuestra gratitud
por las personas que has puesto en nuestro camino:
los que nos ayudan en tiempo de necesidad
o los que nos recuerdan que no podemos ser plenamente felices
mientras haya muchos hermanos y hermanas que sufren.
Que logremos la conciencia de tener que ser agradecidos
entregándonos a los otros, como tú te entregaste a nosotros
por medio de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Hemos oído a Jesús decirle al ciego samaritano: “Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”  Que ojalá hayamos oído también nosotros esas mismas palabras del Señor, mientras le dábamos gracias en esta eucaristía.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.