Liturgia Viva del Viernes de la 25ª semana del Tiempo Ordinario

HAY UN TIEMPO PARA TODO
(Ecl 3,1-11; Lc 9,18-22)

Introducción
    A la luz de Cristo, el famoso pasaje del Eclesiastés de que hay tiempo para cada cosa, llega a ser mucho más positivo que en el pensamiento del autor. Éste se queda perplejo, ya que Dios hace todo a su debido tiempo, sin embargo el ciclo sin fin de cambio desconcierta al pueblo y no sabe cómo ver el momento correcto, ya que Dios ha puesto la eternidad en su corazón. Pero el cristiano sabe que marcha hacia adelante hacia un futuro en Dios; para él el cambio significa las riquezas de la variedad y la oportunidad para ver el momento preciso y usarlo bien al servicio del reino.
    Evangelio. Jesús nos pregunta a cada uno de nosotros hoy no lo que otros dicen sobre él, sino quién es él para nosotros y qué significa para nosotros. La respuesta que espera de nosotros no consiste en largas declaraciones, sino la respuesta viva de nuestras vidas y de nuestra conducta.

Oración Colecta
Oh Dios:
En tu sabiduría infinita
tú ordenas el curso del tiempo
y diriges al mundo y al pueblo
a su destino que acaba en ti.
Tú todo lo haces bien.
Haznos ver con los ojos de la fe
las oportunidades que tú nos das en cada momento.
Ayúdanos a usar nuestro tiempo y nuestra vida
y todos tus buenos dones
para, piedra a piedra, construir tu reino,
hasta que tú lo completes en tu buena Hora,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Señor, hay un tiempo para orar y un tiempo para actuar. Danos la gracia de encontrar tiempo para ambos, roguemos al Señor.
  • Señor, hay un tiempo para pensar en nuestro prójimo. Danos la gracia de poder servir humilde y generosamente a nuestros hermanos, roguemos al Señor.
  • Señor, hay un tiempo para trabajar por tu reino. Danos la gracia de que con cualquier cosa que hagamos sirvamos al mismo reino, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Éste es el tiempo, Señor Dios nuestro,
de darte gracias y alabanza
por tus dones de vida y amor
por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
Con este pan y este vino
te ofrecemos el día de hoy por medio de él:
las alegrías y los fallos del pasado
y las visiones y sueños de esperanza del futuro.
Estamos seguros de ti y confiamos en ti,
a causa de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Nacimiento y muerte,
risas y lágrimas,
enfermedad y curación...
Oh Dios, estos son preciosos regalos
que vienen de tus manos.
Colma todos estos dones
con la vida,  el amor,
y la eterna presencia
de aquél que es nuestro pan de vida,
Jesucristo nuestro hermano,
para que cada día llegue a ser
un bendito “Día del Señor.”
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.

Bendición
Hermanos: Hay un tiempo para cada cosa. Hay un tiempo para nuestro trabajo y para nuestra familia, para encontrarnos con amigos, para descanso y para recreación. Y sin embargo, cualquier  cosa que hagamos lo haremos en el nombre del Señor.
Y que Dios les bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.