Liturgia Viva del Viernes de la 16ª semana del Tiempo Ordinario

SEMILLA QUE PRODUCE FRUTO
Introducción
  • Primera Lectura. Jeremías pide al pueblo que se arrepienta y que no confíe en falsas seguridades. Deben volver a Dios, bajo el liderazgo de buenos pastores.
  • Evangelio. Cuando Jesús comenzó a contar la parábola del sembrador, dijo: “Escuchen”. Cuando Mateo la explica y la adapta a su comunidad, nos dice de nuevo: “Oigan”. Tenemos que escuchar la parábola y ver cómo se aplica a nosotros. Tenemos que escuchar también a los signos de nuestro tiempo; cómo la palabra de Cristo, el sembrador, se aplica a nuestro tiempo y a nuestro pueblo, para que la palabra sea acogida y dé fruto.

Colecta
Señor y Dios nuestro: Tu Hijo Jesucristo abrió los oídos de los sordos y dio vista a los ciegos. Danos la gracia de escuchar el mensaje de la Buena Nueva, ponnos en la misma longitud de onda con la voz de Jesús , y con su silencio; abre especialmente nuestro corazón a toda la luz, amor y esperanza que nos atrae cuando él nos habla. Danos también valor para hablar y vivir como creemos, para que su palabra tenga éxito en nosotros. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

Intenciones
  • Para que la Iglesia reflexione constantemente la palabra de Dios y descubra cómo aplicarla eficazmente a la situación del pueblo de Dios en nuestros días, roguemos al Señor.
  • Para que percibamos la palabra de Dios como un llamado dirigido personalmente a cada uno de nosotros para responder al amor de Dios, roguemos al Señor.
  • Para que todos nosotros meditemos frecuentemente la palabra de Dios, la apreciemos y la tomemos como nuestra guía, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Traemos ante ti, Señor, este pan, fruto de la semilla sembrada por el labrador y a la que tú hiciste crecer. Que este pan nos traiga la vida de tu querido Hijo Jesús; y que este vino de nuestras cepas nos comunique esperanza y alegría eternas. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro: Hoy día la gente tiene hambre de verdad, autenticidad, y de un auténtico sentido de la vida. Abre sus corazones a tu Buena Nueva de salvación; llena y unge nuestras palabras tartamudeantes con tu palabra de vida y enséñanos a sembrar tu palabra entre ellos en lenguaje asequible, especialmente el lenguaje de esperanza y amor plasmado visiblemente en nuestra vida y conducta auténticamente cristianas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Dios siembra su palabra entre nosotros. Dejémosla caer en tierra buena y abonada. Dios quiere que continuemos nosotros sembrando su palabra. Le pedimos que predisponga bien a nuestros hermanos para que sean receptivos a esa misma palabra. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes.

El material que aquí te ofrecemos está tomado de la obra del P. Camilo Marivoet, cicm y publicada en Filipinas por Claretian Publications (en inglés) con el título de LITURGY ALIVE. La traducción y adaptación es del P. Carmelo Astiz, misionero claretiano.
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