Liturgia Viva del Sábado de la 2ª semana de Pascua

Servidores en el espíritu
(Hch 6,1-7; Jn  6,16-21)

Introducción
    Los apóstoles estaban buscando discípulos que atendieran a las necesidades materiales de la gente. Se esperaba que estos discípulos fueran servidores llenos del Espíritu de sabiduría, que percibieran con sensibilidad las necesidades, y fueran justos e imparciales al distribuir el alimento y la ayuda necesitada. Se requiere efectivamente sensibilidad para percibir quiénes son los realmente necesitados y qué necesitan realmente. Los apóstoles designaron a Esteban y a algunos  compañeros más para esta misión. La Primera Lectura de hoy nos dice también que la primera obligación de la Iglesia es la proclamación de la Buena Noticia de salvación. Y el Evangelio añade, como buena noticia, que Cristo permanece siempre con su Iglesia, también en las pruebas y tempestades de todos los tiempos.

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:
También hoy en día necesitamos mujeres y hombres
llenos del Espíritu de amor y servicio
que estén atentos a las necesidades del pueblo.
Suscita, Señor, en la Iglesia
muchos cristianos dispuestos a servir.
Que escuchen incluso el clamor no voceado
de gente demasiado tímida
para verbalizar su pobreza y su aflicción
y que ayuden eficazmente y sin discriminación
a sus hermanos y hermanas en Cristo,
porque él es Señor nuestro
por los siglos de los siglos.


Intenciones

  • Para que la Iglesia predique, a tiempo y a destiempo, la Buena Noticia del Señor, aun cuando al mundo no le agrade su mensaje, roguemos al Señor.
  • Para que nuestras comunidades atiendan siempre en su totalidad a la persona de sus miembros, presentes o futuros, en sus necesidades materiales y espirituales, roguemos al Señor.
  • Para que tengamos la más absoluta confianza en la presencia del Señor cuando somos probados, y para que no nos olvidemos de hacernos cercanos y  presentes a los hermanos en dificultad y en aflicción, roguemos al Señor.


Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro:
Aquí están, sobre el altar,
nuestros sencillos dones de pan y vino.
Que tu Santo Espíritu  los transforme
en Cristo, tu Hijo entre nosotros,
y que él nos transforme también a nosotros, tu pueblo,
en servidores generosos,
dispuestos a ayudar a los necesitados,
especialmente a los privados de amor
y a los que apenas han experimentado en su vida
lo que es la verdadera justicia.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.


Oración después de la Comunión

Oh Dios, Salvador nuestro:
Cuando seamos sacudidos
por las agitadas olas de la vida,
calma nuestros temores, y dinos:
“No tengan miedo, estoy aquí con ustedes”.
Danos la gracia de ser conscientes
de tu presencia y de la de tu Hijo Jesús
especialmente en las dificultades de nuestra vida.
Haznos hombres y mujeres de fe y esperanza
que sigamos siempre confiando en ti.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.


Bendición

Hermanos: Las comunidades cristianas dignas de ese nombre se preocupan de sus hermanos necesitados.  Pero no solo hay necesidades materiales, sino también espirituales, de gente cansada, confusa, llorosa a quien hay que socorrer y animar. Ya que el Señor está con nosotros, estemos siempre al lado de los que sufren.
Para tener fuerza y sabiduría para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.