Liturgia Viva del Jueves de la 2ª semana de Pascua

Dando testimonio
(Hch 5,27-33; Jn 3,31-36)

Introducción
    “Dios ha puesto su Palabra en la boca de los hombres para que sea comunicada a otros.  Cuando la Palabra de Dios impacta a una persona, ésta lo comunica a otros. Dios ha querido obligarnos a buscar y encontrar su palabra viva   -hecha vida-  en el testimonio de un hermano o una hermana, en la boca de alguna persona. Por lo tanto, el cristiano necesita de otro cristiano que le transmita la Palabra de Dios” (Dietrich Bonhoeffer, La Vida Juntos). ---  El núcleo de nuestra fe es que le debemos una nueva vida a Jesús, por quien hemos vuelto a nacer. El Espíritu   -que Jesús nos da sin medida-   nos impulsa a dar testimonio del mismo Jesús y de su nueva vida en nosotros.

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tu Hijo Jesucristo procedió de ti
y dio testimonio de las cosas
que había visto y oído.
Él no podía sino dar testimonio de ti.
Te pedimos que nos des el Espíritu de tu Hijo
para que sepamos vivir tu palabra y proclamarla,
para que mostremos a Jesús, tu Palabra Viva,
a los que todavía no le han visto ni oído.
Te pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Para que los cristianos estemos más dispuestos a obedecer fielmente a Dios y a dejarnos llevar por su Espíritu,  que a hacer lo que la gente quiere que hagamos, roguemos a l Señor.
  • Para que el Espíritu Santo inspire a nuestras comunidades cristianas para vivir la vida de Cristo Resucitado con solidez y coherencia, roguemos al Señor.
  • Para que seamos más conscientes de que la vida eterna está ya dentro de nosotros, cuando ya ahora creemos que Cristo está aupándonos a una vida más rica y más profunda, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Ser testigo no es cómodo,
porque exige que, como Jesús, tu Hijo,
vivamos conforme a la verdad
y estemos dispuestos a encontrar y a aguantar oposición.
Danos el espíritu de fortaleza de tu Hijo,
susténtanos con su cuerpo y sangre,
y que, cuando fallemos en nuestra misión,
encontremos suficiente amor,
al menos en nuestras comunidades,
para proclamar el amor y la verdad
que nos trajo Cristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Hemos escuchado la palabra de tu Hijo,
y hemos participado en el banquete de su eucaristía.
Que, por el poder del Espíritu, vivo en nosotros,
comuniquemos al mundo, y los unos a los otros,
tu palabra liberadora.
Que asimilemos esta palabra
de la manera más profunda
cuando la hayamos compartido con los hermanos.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: “Quien cree en el Hijo del Hombre, tiene vida eterna”, dice Jesús.  Sí, creemos en él, pero creemos con una fe activa, una fe que traduce nuestras creencias en acción, en vida. Esa es una manera profunda de dar testimonio de Cristo.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.