Liturgia Viva del Lunes de la 2ª semana de Pascua

Proclamando la Palabra de Dios con valentía  (Hch 4,23-31; Juan 3,1-8)

Introducción
    Nicodemo, el intelectual sincero pero cauto, tiene cita con Jesús de noche.  Tiene miedo de mostrar abiertamente  que sigue a Jesús. --- Los apóstoles y la comunidad cristiana son perseguidos. También ellos tienen miedo, pero oran pidiendo fortaleza. El Espíritu Santo los hace fuertes y valientes para proclamar a Cristo y para ser signos vivos de la presencia del mismo Cristo en su comunidad. --- Los cristianos somos personas que tenemos que renacer en Cristo y en el Espíritu. Por lo tanto, somos personas que deberíamos permanecer eternamente jóvenes.  --- Nuestra fe, ¿es tirmorata o valiente? ¿Nos atrevemos a alzarnos con valentía  y dar la cara por el evangelio, y también a vivir abiertamente nuestra fe?

Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Nuestra fe es a veces tímida y vacilante,
porque tenemos miedo
de ser contrariados  o ridiculizados.
Que tu Espíritu nos aliente con fuerza
y nos dé un poco al menos de su fortaleza,
para que podamos luchar con valentía
por lo que creemos
y vivir consistentemente nuestra fe con coherencia.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Por los bautizados recientemente, para que su fe permanezca siempre fresca y joven, roguemos al Señor.
  • Por todos los bautizados, para que el Espíritu Santo nos preserve de permitir que nuestra fe se vuelva apática y pasiva, roguemos al Señor.
  • Por nuestras comunidades cristianas, para que proclamen audazmente su fe por medio de su espíritu de servicio y compasión, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tu Santo Espíritu transforma
nuestras ofrendas de pan y vino
en el cuerpo y sangre de Cristo.
Que él envíe también todo su poder
a la comunidad cristiana
para que sepamos unirnos y renovarnos constantemente,
hasta que nos atrevamos a proclamar
el mensaje de tu Hijo
con el testimonio de nuestras vidas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú tienes tus sabios caminos
para llevar a cabo tus planes;
cuando los hombres intentan frustrarlos,
no pueden ser sino perdedores.
Oh Dios, danos tu Espíritu de sabiduría,
el Espíritu por el que hemos renacido en el bautismo,
y,  gracias a él, consérvanos siempre jóvenes
de mente y corazón,
para que sigamos sirviéndote
con el entusiasmo de nuestra juventud.
Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Todos nosotros hemos renacido por el bautismo. Que nuestras mentes y corazones no envejezcan nunca, sino que permanezcan frescos y activos, sea cual sea nuestra edad. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.