Liturgia Viva del Martes de la 6ª semana del Tiempo Ordinario

¡USA TUS OJOS Y OÍDOS!
(Sant 1,12-18; Mc 8,14-21)

Introducción
Santiago llama bienaventurados a los que resisten la prueba de las tentaciones. Pero las tentaciones no vienen de Dios, sino más bien de la concupiscencia que anida en nosotros mismos. De Dios vienen todos los buenos dones.
Evangelio. El Evangelio de hoy continúa el tema de ayer. No deberíamos pedir signos extraordinarios, sino aprender a ver la presencia y la acción salvífica de Dios en los acontecimientos de la vida. Los apóstoles vieron los signos que Jesús realizó entre ellos. --- Nosotros también tendríamos que abrir nuestros ojos y oídos  a las obras buenas que Dios hace continuamente entre nosotros.

Oración Colecta

Señor Dios nuestro:
Cuando no vemos claro en la vida
cuando el sufrimiento nos viene de frente,
tendemos a echarte la culpa a ti o a la gente.
Ayúdanos a percatarnos claramente
en qué medida el mal que nos rodea
procede de dentro de nosotros mismos,
de nuestra codicia de riquezas y de poder,
de nuestro egoísmo y autocomplacencia.
Pronuncia tu palabra de perdón sobre nosotros
y transfórmanos de ser una mayoría resignada y silenciosa
de egoísmo, maldad y pecado
en una mayoría que proclame abiertamente
solidaridad, bondad y amor,
por la gracia de Jesucristo nuestro Señor.



Intenciones


  • Por los que son tentados, para que recuerden cómo Jesús venció las tentaciones y le pidan que les dé la fuerza para resistirlas, roguemos al Señor.

  • Por los que han pecado gravemente, para que recuerden que Dios todavía les ama y está dispuesto a perdonarles, roguemos al Señor.

  • Por todos nosotros, para que veamos los signos de la bondad de Dios y de la fe de los buenos, roguemos al Señor.


Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro, Padre amoroso:
En estos signos de pan y vino
nos das la seguridad
de que tú estás siempre con nosotros,
por medio de tu Hijo Jesucristo,
que se hizo uno de nosotros.
Danos ojos para ver y oídos para oír
todas las obras buenas que tú haces por nosotros
por medio de hermanos que nos confortan
y comparten con nosotros en la hora de la necesidad.
Ayúdanos a animar y alegrar nuestras vidas,
unos a otros,
con una sonrisa amable y una palabra cálida,
ya que tú eres la luz de nuestras vidas,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.



Plegaria después de la Comunión

Señor Dios nuestro:
Cuando buscamos señales
de que tú estás todavía con nosotros,
danos la fe y la fuerza
para ser para el mundo
el signo de tu amor salvador,
por medio de nuestra integridad,
de nuestras expresiones de paz,
de nuestra preocupación e interés los unos por los otros,
porque donde prevalecen la caridad y el amor
con toda seguridad allí estás tú
por medio de Jesucristo nuestro Señor.



Bendición
Hermanos: Sencillamente, abramos nuestros ojos y nuestros oídos y  aprendamos a percibir las maravillas que Dios hace cada día en torno a nosotros. Sigamos viendo y creyendo; hay suficientes señales de Dios para ello..
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.