Liturgia Viva del Viernes de la 17ª semana del Tiempo Ordinario

Fiesta para el Señor

Oración Colecta
Oh Dios de la alegría:
Tú nos invitas a celebrar fiestas
en honor de tu nombre
como momentos de intenso encuentro
contigo y con la comunidad.
Haz que nuestra fea y monótona existencia
explote, al menos de cuando en cuando,
en alegría espontánea y contagiosa
por tus maravillosas obras de salvación
y por la felicidad de estar juntos celebrando.
Guarda una chispa de sonrisa en nuestros labios
mientras caminamos perseverantes
hacia la alegría y libertad total
de Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones
  • Para que las celebraciones litúrgicas en la comunidad sean para nosotros fuente de alegría, en las que damos gracias y alabamos al Señor por nuestra fe y por todo el amor de Dios sobre nosotros, roguemos al Señor.
  • Para que los hermanos cristianos que han abandonado la asistencia habitual a la Misa dominical tomen un día conciencia de lo mucho que pierden y de lo que tanto necesitan para enriquecer su vida cristiana, roguemos al Señor.
  • Para que el pueblo de Dios nunca considere la eucaristía como un deber molesto, sino como una fiesta gozosa para celebrar con el Señor y con los hermanos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios de toda esperanza:
En estos signos sencillos de pan y vino
celebramos la fiesta del pan compartido
con tu Hijo Jesucristo.
Dispón nuestro corazón a perdernos a nosotros mismos
en favor de los otros, como hizo Jesús,
y a morir al egoísmo y al mal,
para que nuestras tristezas se conviertan en alegría
y podamos un día resucitar con él
para ganar una felicidad desbordante
que nadie nos pueda arrebatar.
Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor, Dios siempre fiel:
Hemos celebrado con alegría
la presencia liberadora en medio de nosotros
de tu Hijo Jesucristo.
Acompáñanos en la vida
por medio del Espíritu de tu Hijo,
el Espíritu juguetón,
lleno de sabiduría y fantasía,
de encuentro y amor gratuitos,
para que sigamos caminando dándonos la mano,
creyendo en lo inesperado,
haciendo realidad eso que parece imposible:
instaurar el reino de justicia y amor
de Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: ¡Qué bueno que haya todavía fiestas y celebraciones en nuestra vida, es decir, días en los que podemos ser juguetones y libres, relajados y despreocupados, como los pájaros en el aire, porque sabemos que estamos en las manos de Dios; y porque se preocupa por nosotros. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca gozosamente para siempre.