Liturgia Viva del Miércoles de la 17ª semana del Tiempo Ordinario

EL TESORO ENTERRADO

Oración Colecta

Señor Dios, Padre nuestro:
Nuestro corazón permanece inquieto
hasta que haya descubierto la paz que tú nos ofreces
en tu Hijo Jesucristo.
Ayúdanos a poner nuestra confianza y alegría
no en cosas frágiles, perecederas,
sino en tu Hijo, en su Buena Nueva de salvación,
y en el reino que vino a instaurar entre nosotros.
Haznos pobres de espíritu y receptivos,
danos a cada uno de nosotros un corazón atento y sabio
para seguir buscando hasta que te encontremos a ti
en Jesús y en nuestros hermanos.
Te lo pedimos por el mismo Cristo, Señor nuestro,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Intenciones
  • Por todos los cristianos, para que amen su fe y su vida en Cristo y sigan viviendo según sus convicciones, roguemos al Señor.
  • Por los gobernantes y líderes de las naciones, para que, mientras trabajan por la prosperidad y progreso, no pierdan de vista lo que es verdaderamente esencial: la gente, la dignidad de las personas, y los más profundos valores humanos, roguemos al Señor.
  • Por nuestros jóvenes, para que sus padres y la Iglesia les transmitan su fe viva y el espíritu de servicio tanto a Dios como a los hombres, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Crea entre tí y nosotros una comunión sana de amor.
Ven a nosotros en tu Hijo Jesucristo,
en esta eucaristía y en nuestra vida de cada día;
y reina en nosotros, toma posesión de nosotros
para decidir y perdonar,
para santificar e iluminar,
para dirigirnos y renovarnos por tu gracia.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre nuestro:
En esta celebración eucarística
nos has dado de nuevo a tu propio Hijo Jesucristo.
Que él sustente en nosotros el crecimiento de tu reino.
Que abra nuestros ojos a la bondad
y, al mismo tiempo, al valor relativo
de las cosas de este mundo.
Y que él nos ayude a percatarnos
de que nuestra personalidad y existencia humanas
no son más que la manera concreta
por las que nos tú llamas
y por las que nosotros respondemos a tu llamada
para construir tu reino en nuestro mundo.
Te los pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.

Bendición
Hermanos: Sabemos que Dios nos tiene gran cariño. Ojalá Dios, nuestra fe y el Reino sean nuestra alegría y nuestro tesoro. Que Dios sea nuestra felicidad.
Y que él nos bendiga bondadosamente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; que esta bendición permanezca para siempre.