Comentario al Evangelio de hoy

Fernando Torres, cmf

Lo que dice Jesús a los fariseos es algo que, si lo pensamos, puede ser importante para nosotros y ayudarnos a vivir mejor nuestra vida en todos los sentidos. Dice Jesús que “yo me voy y me buscaréis”. Les está diciendo que entonces, en aquel momento, es cuando los fariseos tenían la oportunidad de encontrarse con Jesús en vivo y en director. Ese era el momento. Más tarde, ya sería tarde. Ya no encontrarían a Jesús porque se iba a ir y dónde se iba, ellos no podrían ir.

Aplicaría esas palabras también a nosotros. Vivimos aquí y ahora. Por mucho que nos empeñemos, esta es la única realidad que tenemos: el presente, el ahora, el ya. Este día que estamos viviendo. Este es nuestro tiempo. Mañana no sabemos lo que pasará. Por mucho que nos empeñemos en organizar nuestras agendas, en decir que dentro de un mes o dos o dentro de una semana vamos a hacer esto y lo otro, en realidad no tenemos ninguna seguridad. La incertidumbre, que tanto aborrecemos, domina nuestra vida. No conocemos el mañana. El futuro es una realidad siempre abierta. Para ser realista, lo único que sabemos con seguridad es que vamos a morir. Pero lo que puede haber por medio no tenemos ni idea. Es posible que la vida nos dé muchas sorpresas.

Por eso, tenemos que aprovechar el hoy y el ahora. Este momento que tenemos, esta persona con la que me encuentro, este tiempo de silencio. Dejar las cosas para más adelante, para mañana o pasado, es hacer un brindis al sol. Y puede ser que se nos haga tarde. Y que la oportunidad pasé de largo sin que la hayamos aprovechado.

Hoy y ahora es nuestra oportunidad para encontrarnos con Jesús, para escucharle y dejar que su mensaje llegue a nuestro corazón. Hay que estar atentos, despiertos. Hay que abrir los ojos y llevar la mirada a nuestros hermanos y hermanas. Y, por supuesto, dejar de mirarnos al ombligo, dejar de creernos el centro del mundo.

Los fariseos estaban tan convencidos de tener la verdad que supieron ni pudieron aceptar la realidad y el testimonio de Jesús. Dejaron pasar su oportunidad. Ahora ya es cuestión de cada uno de nosotros aprovechar el momento, estar atentos y hacer vida lo que hemos aprendido del mismo Jesús.