Comentario al Evangelio del
El tercer ojo
Jesús conocía los pensamientos de la gente que le rodeaba incluso antes de que ellos pensaran. Vio a los discípulos atrapados en la tormenta, lejos de la montaña donde aún estaba en oración. Sabía que Pedro le negaría, pero que volvería a él mediante el arrepentimiento. Conocía los interrogantes que albergaban sus enemigos para atraparlo. En el evangelio de hoy, ve a la viuda echando dos "moneditas" y sabe que ha echado todo lo que tenía. Jesús, en sentido alegórico, tiene un tercer ojo. La constatación de que nada escapa a los ojos de Dios puede ser consoladora o preocupante, según queramos ser vistos por Dios o escondernos de él, lo que a su vez depende de lo que hagamos con nuestra vida. No sólo ve lo que hacemos, sino que también sabe lo que mueve nuestras acciones. ¿Cómo nos hace sentir?