Comentario al Evangelio del
Prudencia pastoral
Jesús no fue un cobarde al retirarse del pueblo donde sus enemigos tramaban contra él. Siendo un lector de corazones, sabía lo que tramaban; pero también sabía que aún no era "la hora" del enfrentamiento o de la Pasión. Cuando llegara la "hora señalada", iría directamente a Jerusalén, pero no ahora. Así que dejó el pueblo, pero siguió haciendo sin miedo lo que siempre había hecho: llevar curación y alegría a la vida de la gente. Mateo nos dice específicamente que Jesús curaba a todos los que venían a él. No discriminaba ni miraba las posibilidades de los que acudían a él. Su servicio era para todos. En medio del sufrimiento y la oposición, los cristianos deberían animarse con este ejemplo: No tenemos que añadir fuego a todo antagonismo; pero tampoco debemos dejar de cumplir la misión que Dios nos ha encomendado de edificar la vida de la gente. Lo que necesitamos es prudencia pastoral.