Comentario al Evangelio del

Alejandro Carbajo, cmf

Queridos hermanos, paz y bien.

“Venid a la luz”. Todas las lecturas de los profetas de esta semana nos hablan de las bondades de la alianza de Dios con los hombres. Pero es preciso dar un paso adelante, e ir hacia la luz. Querer estar junto al buen Dios que nos llama. Que sigue llamando hoy, para que actuemos como corresponde. Porque hay muchas necesidades en el mundo.

Para estar con Dios, hay que optar. “Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo”. Las obras tienen que estar relacionadas con aquello en lo que creemos. Ser consecuentes, o, con palabras de san Pablo, “salir de la noche, y ser hijos de la luz”. Dar testimonio de Aquél en quien creemos. Con palabras, a veces, y otras veces, con obras.

El papa Francisco está insistiendo mucho en la cuestión de las obras. La “Iglesia en salida”. Todos somos parte de esa Iglesia, que no puedes quedarse dentro de los muros del templo parroquial. Una “conversión misionera”. También nos lo pide el Papa Francisco, para seguir actuando, pero con otros criterios. Porque no vale lo de antes. Buscar de qué modo, yo, allí donde me encuentro, puedo aportar mi granito de arena al crecimiento del Reino de Dios. El que puede llevar un grupo, haciéndolo. El que cuida de su familia, haciéndolo con amor. El que ya ha trabajado mucho, orando por los que continúan la labor evangelizadora.

Queramos o no, hay que decidir cómo vamos a vivir. Es que al final de la vida, nos examinarán del amor, y el amor se demuestra en las obras. “Los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio”. Todo lo que nos hace falta para la salvación, lo tenemos ya. Por lo menos, el conocimiento teórico. Eso nos lo ha dado el mismo Jesús. La parte práctica es la que depende de nosotros.

“¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré.” Dios  siempre está actuando, dispuesto a mostrarnos el camino. De nosotros depende responder como es debido, como Dios quiere.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.