Comentario al Evangelio del
Queridos amigos, paz y bien.
Comienza el tiempo ordinario. En Rusia se celebra un acueducto desde el 31 de diciembre al 8 de enero. Así que aquí podemos entender lo del volver al trabajo. Y precisamente en medio del trabajo ordinario, Jesús se acerca y llama. "Mirad que entre los pucheros y las ollas anda Dios" decía santa Teresa de Ávila. O entre redes (no sociales, que en aquella época no había). O entre los libros del colegio, instituto o universidad. O entre los papeles del trabajo…
Porque Dios se acerca siempre, llama siempre, está a tu lado siempre. Lo veas o no, lo sientas o no. En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. Habla Jesús y nosotros debemos responder. Algunos le dicen “no” y se dan la vuelta. Otros, Simón, Andrés, Santiago, Juan, dicen “sí” y comienzan un nuevo camino. Un camino que no será fácil.
Y es que todo empieza cuando “arrestaron a Juan”. Desde el principio, Jesús sabe que se va a enfrentar a una terrible oposición. Los enemigos del Bien son muchos, y no se conforman con silenciar a los profetas. Muy a menudo, los matan. En 2016 cada 6 minutos mataron a un cristiano, dicen las estadísticas. A lo largo del camino, en mucha ocasiones Jesús se enfrenta a sus enemigos.
Pero hay que optar. Desde el momento en que Cristo vino al mundo, el plazo se ha cumplido. Elige. Con Cristo, comenzar el camino a Jerusalén, o con los que arrestaron al Bautista y luego lo asesinaron. Por supuesto, nosotros no vamos a matar a nadie, pero nuestras traiciones a la opción fundamental suponen pequeñas muertes, personales y ajenas. Prepárate para volver al camino, si lo dejas. La humildad es imprescindible, para decir “perdón” y “lo siento”. Además, Jesús te perdona siempre. No es como nosotros.
Se ha terminado el tiempo de Navidad, y comienza el tiempo ordinario. Ordinario no significa aburrido. La mayor parte del año es tiempo ordinario. Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua nos ayudan, son el entrenamiento específico para vivir, como hace falta, la mayor parte del año. Para poder vivir como Dios quiere.
Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.