Comentario al Evangelio del
Queridos hermanos, paz y bien.
El evangelio de Mateo no recoge tantos detalles como otras versiones. Se nos entremezclan dos relatos, Uno de muerte, y otro de enfermedad. Ambos relatos tienen algo en común: la fe. El padre de la niña sale a buscar al Único que puede ayudarle en una situación desesperada. La mujer busca alivio a doce años de sufrimiento. Y los dos coinciden en que Jesús da respuesta a sus necesidades.
A la mujer, el mismo Cristo le dice: “Tu fe te ha salvado”. Al personaje no le dice nada, pero está claro que es la fe la que salva a su hija. La revivificación se divulgó por toda la comarca. No todos los días pasan cosas como ésta.
Al leer sobre la fe de algunos personajes, nos podemos preguntar sobre cómo está nuestra vida de fe. Una mujer sufriente, apartada de la sociedad (por mujer y por enferma), busca a Jesús entre la multitud. Un hombre, en medio de su desesperación, deja a su familia en el duelo y se va a buscar a Jesús. Cuando nosotros tenemos problemas, cuando se nos muere algo dentro, cuando todos alrededor se ríen de nosotros, ¿cómo reaccionamos? ¿A quién buscamos? ¿Dónde vamos a pedir ayuda?
El contacto con Cristo nos resucita de entre los muertos, asegurándonos la vida eterna. Lo había dicho Jesús: «Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo» (Jn 6,51).
Y dice el salmo de hoy: Dios mío, confío en ti. Así sea.
Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.