Comentario al Evangelio del
¿Por qué tengo miedo?
Comenzamos la semana en estos días de carnaval y previos a Cuaresma con unas lecturas de increíble fuerza. La descripción que hace el libro de las Lamentaciones es tan clara que sólo alguien que nunca lo haya vivido puede pasar por la lectura sin sobrecogerse e identificarse. Por mal que vayan las cosas, por injustos que hayan sido con nosotros, por mucho dolor que alguien esté sembrando en nosotros, siempre llegamos a un punto en que somos cada uno de nosotros quienes permitimos que “nos arranquen la paz”, los que “no dejamos de pensar” en la propia “hiel que me envenena”… y claro, viviendo así, se nos acaban las fuerzas y la esperanza.
“Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión”. ¡Aquí está el secreto! El ejercicio personal de guardar nuestro corazón y nuestra paz trayendo a la memoria algo que nos de esperanza y no nos hunda más en nuestros propios miedos, dolores, angustias… Y sobre todo, la acogida de la gracia continua e imparable que nos recuerda en quién hemos puesto nuestra vida… de quién de-pende nuestro futuro y nuestras fuerzas.
El evangelio lo dice de otra manera, en boca de Jesús: “Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí”. ¿Por qué tengo miedo? ¿qué consigue asustarme tanto hasta el punto de temblar mi corazón, hasta el punto de ser incapaz de llenar mi memoria, mi voluntad, mis afectos, de la esperanza en Cristo que me ama y me cuida como siempre ha hecho? El demonio anda suelto, amigo, cuando nos vivimos así… Doy fe de ello… Siempre nos queda seguir transitando por el único camino, verdad y vida: Cristo. Lo sabemos… nada nos podrá faltar si Él es nuestra vida, nuestro rumbo, nuestro aire… pero lo cierto es que temblamos y cualquier vaivén de la vida un poco más fuerte, nos hace tambalear y sufrir.
“Qué bueno es esperar en silencio la salvación del Señor”, aunque como el salmista podamos estar pasando un tiempo en que solo nos queda “gritar desde lo hondo al Señor”. ¡Qué difícil a veces aprender la calma y la confianza que es capaz de ese silencio! Te invito a escuchar esta canción que te serene…
Si vives un momento de caos, de inquietud y desasosiego, de hiel que te envenena y te quita la paz, ¡ten ánimo, espera en el Señor que te cuida! Si vives un momento de paz, de confianza en Dios y de caminar sereno en Cristo, tu esperanza, ¡ten ánimo, conforta a tus hermanos y prepárate para no caer cuando llegue la prueba!
Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz, Misionera Claretiana