Comentario al Evangelio del

Alejandro Carbajo, cmf

Queridos hermanos, paz y bien.

Hoy la Iglesia nos trae para la reflexión la figura del Papa san León Magno, pastor del pueblo de Dios en tiempos difíciles. Y en el día de su memoria, las lecturas nos hablan muy claro. Quiero destacar dos ideas para la reflexión de hoy.

La primera es la importancia de los pequeños detalles. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar. Hablábamos el martes de los buenos propósitos que todos nos hacemos alguna vez. Si los cumplimos, día a día, somos capaces de llevarlos a cabo. Si comenzamos a dejar de hacerlos un día, sabemos que es nuestro final. La constancia en la oración, aunque estemos cansados, o cuando nadie nos ve, por ejemplo. En este sentido, me asombra la fidelidad de la babushkas, las abuelas que, por toda Rusia, van cada día a Misa, aunque caigan chuzos de punta y haya 10º bajo cero. Las que bautizaron a sus hijos y nietos, incluso arriesgando su propia carrera y, a veces, la vida. Ellas sí han sido fieles en lo poco. Y recibirán su premio.

La segunda idea, es saber y recordar cada día por qué, o mejor, por Quién hacemos las cosas. Todo por amor a Cristo, que nos busca, nos encuentra y está con nosotros, si sabemos ser humildes. Si esto no lo tenemos claro, si nos falla el punto de partida, podemos hacer muchas cosas, pero al final nos vamos a desviar del camino, y acabaremos sirviendo – quizá sin darnos cuenta – a otros señores. Y cuando vengan los malos tiempos, nos cansaremos, nos rendiremos y nos iremos a otro sitio, porque nos faltará los principal, que es el Amor. Muchos voluntarios de ONGs se rinden cuando no hay frutos, ya que es difícil ser fieles porque sí. Los cristianos nos movemos en otra dimensión, la del seguimiento de Cristo, que se entregó por nosotros, dándonos ejemplo.

Como san León Magno, que fue fiel y siempre supo Quién era su Señor. Este pastor vivió según el Evangelio. Eran tiempos difíciles y no le fue fácil. Algo de su vida puedes leer aquí. Que su ejemplo nos ilumine para ser buenos hijos de la Iglesia, con humildad y con alegría.

Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.