Comentario al Evangelio del

Patricia Molina, rmi

“Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres”

Quisiera detenerme en esta expresión, que si bien hoy nosotros sabemos cuál es su significado, me gustaría transformarla y darle otro sentido.

¿No te gustaría a ti o a ti, que un día tocaran a tu puerta y cuando abrieras alguien te trajera de la mano a Jesús y te lo entregara?? Quisiera imaginar mi cara de sorpresa, o la tuya, cuando el mensajero se vaya ¿qué hacemos con Jesús? Podríamos conversar, contarle nuestras cosas, escuchar sus Palabras, compartir un mate, la comida del día, compartir la familia, seguramente Él se pondría manos a la obra ayudándonos con los quehaceres de la casa, el estudio, los problemas del trabajo que tanto nos agobian, nos ayudaría a administrar nuestra economía del hogar, PERO LO MEJOR cuánta paz tendríamos, cuánta seguridad, cuánta compañía!!!! Sería como vivir en el cielo.

Pero luego, ya acostumbrados a su presencia tan transformadora, y enterándote que otros a tu alrededor también necesitan ser renovados, ¿no serías tu el mensajero que llevándolo de la mano y tocando a otra puerta lo dejarías en otro hogar?

Todo esto es tan posible, tan real, como que al recibirlo en cada comunión nos lo están depositando en nuestras manos para que al comulgarlo toque el timbre de nuestro corazón y lo convierta, tarea nuestra es compartir esta gracia y este gozo con otros que todavía no lo han descubierto, no lo han recibido.

María del Rosario, nuestra madre que al recibir la noticia de que sería la MADRE DEL HIJO DE DIOS, no quedó en espera pasiva, con ese Hijo en sus entrañas corrió a la casa de Isabel y compartió esa dicha, ese gozo, y se puso al servicio.

Que junto a nuestra Madre podamos cantar las maravillas que Jesús ha realizado en nuestras vidas.