Comentario al Evangelio del
No sé si este día se puede llamar “sábado de Ramos”, pero todos lo entendemos. Mañana es Domingo de Ramos y hoy nos cuenta el Evangelio cómo Jesús está ya a punto de comenzar su travesía definitiva hacia Jerusalén. Los fariseos lo buscan para matarlo, la gente lo espera para aclamarlo, los discípulos lo acompañan temerosos. ¿Y nosotros? ¿Qué nos preocupa hoy?
Hemos llegado al final de la Cuaresma, es momento de hacer balance antes de entrar en la intensidad celebrativa de la Semana Santa. Por eso la propuesta de hoy no es la reflexión habitual sobre el texto del Evangelio del día, sino más bien un repaso de lo vivido estas semanas y un examen de cómo vamos a afrontar estos días próximos. Se trata de que no nos llegue, el Domingo de Ramos y la Semana Santa sin que tomemos conciencia de su importancia.
Como dice el Evangelio, va a morir un hombre “por el pueblo”. Y el pueblo somos nosotros, tú y yo. No podemos asistir impasibles al espectáculo, tenemos que sentirnos implicados. Al menos, debemos estar a su lado, seguir sus pasos, acompañar a Jesús en la entrada a Jerusalén, en el banquete fraterno de la Última Cena, en su camino al Calvario, en la espera del sábado… y en el triunfo de la Resurrección. Porque en ello nos va la Vida.
Jesús muere por el pueblo, por nosotros. Démonos por aludidos.