La verdadera alegría nace de Dios y se refleja en aquellas personas que se abren a la relación profunda con él.
                                                            
                                                            La verdadera alegría nace de Dios y se refleja en aquellas personas que se abren a la relación profunda con él.
La verdadera alegría nace de Dios y se refleja en aquellas personas que se abren a la relación profunda con él.