No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a Pablo de Tarso.
Autor
Severiano Blanco, cmf
Dios me manifestó a su Hijo para que lo anuncie.
No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a los afanes y correrías evangelizadoras de Pablo de Tarso.
Dios me manifestó a su Hijo para que lo anuncie.
No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a Pablo de Tarso.
Dios me manifestó a su Hijo para que lo anuncie.
No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a los afanes y correrías evangelizadoras de Pablo de Tarso.
San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia
Mateo 5,27-32. El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero
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