Era tal el aprecio de los judíos por la Ley que los rabinos del siglo III llegaron al extremo de afirmar que en el cielo había una escuela para estudiarla y el mismo Dios dedicaba tres horas diarias a esa tarea. Sin embargo, la palabra «ley» (desde el dec
Autor
Luis González-Carvajal
«Ya no os llamo, siervos, sois mis amigos»
Era tal el aprecio de los judíos por la Ley que los rabinos del siglo III llegaron al extremo de afirmar que en el cielo había una escuela para estudiarla y el mismo Dios dedicaba tres horas diarias a esa tarea. Sin embargo, la palabra «ley» (desde el dec
jueves de la V Semana de Pascua
Jn 15,9-11. Permaneced en mi amor, para que vuestra alegría llegue a plenitud.
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