Autor

José Cristo Rey García Paredes cmf

Dios con alma humana y el ébola (Pilar Rahola)

Dios con alma humana y el ébola (Pilar Rahola)

Traigo aquí un texto que me ha impresionado. Ella es mujer, catalana, política y de izquierdas. Ella sabe muy bien lo que es políticamente incorrecto. Y aquí hace ejercicio de incorrección. Yo hubiera querido escribir algo sobre el hermano de san Juan de Dios Miguel Pajares -a quien conocí y con quien conversé varias veces- y el hermano Manuel García Viejo.

Esperando la “buena noticia” de un Sínodo sin concluir

Esperando la “buena noticia” de un Sínodo sin concluir

También la pareja matrimonial y la familia son objeto de atención pastoral (los bautizados) y misionera (los no bautizados) de la Iglesia. Si hoy se nos pide “conversión pastoral y misionera”, he aquí un ámbito importantísimo dentro de la Humanidad e Iglesia para que acontezca.

¿”Lo que Dios ha unido” (Mt 19,6)? ¡La pregunta!

¿”Lo que Dios ha unido” (Mt 19,6)? ¡La pregunta!

Las palabras de Jesús “lo que Dios ha unido” (Mt 19,6) deberían conmovernos. Ellas revelan que millones y millones de uniones sentimentales, que millones y millones de pactos y de alianzas esponsales, tienen a Dios como principal protagonista. Esta es una foma inteligente de decir que Dios es Amor y que desea que Amor aliente y vivifique las relaciones esponsales.

“EROS” AGONIZA, “NARCISO” RENACE: Consideraciones actuales sobre el amor

“EROS” AGONIZA, “NARCISO” RENACE: Consideraciones actuales sobre el amor

Solemos evitar en nuestro discurso eclesiástico ordinario (y también en el lenguaje teológico) cualquier referencia al “eros”. Y más todavía dentro de las reflexiones que hacemos sobre la vida religiosa o consagrada. El voto de castidad es entendido y explicado de tal forma que se vuelve innecesaria cualquier referencia al amor erótico.

La magia de la triple conexión

La magia de la triple conexión

Hoy entendemos muy bien lo que significa “estar conectados”. La “desconexión” nos priva de la energía disponible y de tantas relaciones que son posibles. Cuando nos trasladamos de un lugar a otro buscamos espacios de “cobertura” o de conexión.

¿Sin conclusión? ¡Tiempo perdido!

¿Sin conclusión? ¡Tiempo perdido!

 “¡Por favor, cierren los ojos!”. Este es el título de un librito de Byung-Chut Han, que todavía no ha sido traducido al español. Me ha impresionado su lectura, porque da nombre a inquietudes que me habitan, porque da claves para entender la desconfiguración que padecen nuestras sociedades y sus individuos, porque nos lleva a buscar otro tipo de “tiempo”.

El elogio de la creatividad

El elogio de la creatividad

Nos falta capacidad innovadora y creativa. Tendemos a repetirnos hasta la saciedad: los mismos tópicos y recursos, las mismas ideas y automatismos. Y cuando llega alguna novedad, se trata de una adaptación meramente superficial –¡puro maquillaje!-. Por eso, da la impresión de que llevamos siglos diciendo y haciendo las mismas cosas. La sensación de aburrimiento se apodera de nosotros.

Matrimonio cristiano: profecía en la sociedad líquida

Matrimonio cristiano: profecía en la sociedad líquida

Es reconocida por todos hoy la importancia de la familia en la misión evangelizadora como parte del Pueblo de Dios, y en la construcción del reino (LG, 34). La familia es fuerza de evangelización, santuario de la vida, don de Dios (Ecclesia in America, n. 46).

¿Donde están los religiosos está la alegría? “La tristeza es la polilla del alma”

¿Donde están los religiosos está la alegría? “La tristeza es la polilla del alma”

La sociedad en la que estamos viviendo no es feliz. Expresión de ello es la indignación de quienes tratan de representar el “sentir de la gente” en los medios de comunicación (artículos, tertulias, entrevistas, manifiestos de partidos políticos). Peor es todavía echar una mirada al Parlamento, escenario del malhumor. ¡Cuánta tristeza, indignación circula por las bancada!

Reformatearnos en la escuela del «humilde corazón»

Reformatearnos en la escuela del «humilde corazón»

Casi nadie se considera amenazado por una persona humilde. Por eso, los místicos humildes, pobres y descalzos, se convierten a veces en sanadores y pacificadores. Dios encarga tareas impresionantes a los humildes. La humildad es nuestro mayor escudo contra el mundo de las personas autosuficientes y ególatras y el cimiento de la unión mística con Dios.

¿Dios es bello? ¡Impresionante fascinación!

¿Dios es bello? ¡Impresionante fascinación!

Si nuestros contemporáneos experimentaran la belleza de Dios, ¿se mostrarían ante Él indiferentes? ¿Habría agnósticos? ¿Produciría espanto la religión? No es cuestión de inventarnos ahora a un Dios atractivo. Pero sí, de darnos cuenta, de cómo hay formas de hablar de Dios, de presentarlo, de vivirlo, que para nada lo vuelven atractivo…

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