El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.
Autor
Francisca Rosique (periodista)
Alentadores de la fe de sus hermanos
El mejor servicio que los curas pueden hacer a la fe propia y ajena es vivir con entusiasmo su vocación por el Reino. En la medida en que la viven, también las comunidades somos más fraternales, más evangelizadoras y más creativas.
La Santísima Trinidad
Jn 16, 12-15. Todo lo que tiene el Padre es mío, el Espíritu tomará de lo mío y os lo anunciará.
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