El crecimiento personal y conyugal es una carrera cuya meta es el sueño de vida feliz que cada uno se ha forjado y que mutuamente los enamorados se han despertado y han soñado juntos.

El crecimiento personal y conyugal es una carrera cuya meta es el sueño de vida feliz que cada uno se ha forjado y que mutuamente los enamorados se han despertado y han soñado juntos.
Las preguntas que nos hacemos para comunicarnos y dialogar no son inocentes. Sitúan la conversación y el diálogo en perspectivas concretas; condicionan el sentido y el alcance de la respuesta. Por eso, es importante prestar atención al tipo de preguntas que planteamos y tratamos de responder.
Nos gustaría concluir este compartir mostrando los tres medios que han configurado nuestra espiritualidad conyugal y que nos han permitido, no solo sobrevivir a estos 50 años de matrimonio sin morir en el intento, sino también a mantenernos en el centro de la diana, sorteando los continuos altibajos que, como a cualquier pareja en la que los dos somos diferentes, han ido surgiendo en nuestra relación.
En aquel Fin de Semana de Encuentro Matrimonial aprendimos lo que supone ponerse nuevamente en situación de caminar. Nos conocimos más, a nivel personal y como pareja en relación.
Somos Fernando y Adela y deseamos transmitiros lo que, para nosotros, ha supuesto alcanzar los 50 años de vida común, unidos con el vínculo matrimonial por la Iglesia. Un sacramento al que llegamos como culmen de un proceso iniciado siete años antes, cuando ambos sentimos una atracción mutua.
En la cultura actual existe una lucha soterrado o abierta por ganar la narrativa de los hechos. Las cosas no son como son, sino como se cuentan. Con respecto al matrimonio parece que se quiere hacer prevalecer las historias de dolor y de fracaso.
Se trata de un ejercicio de mirada. Mirar con los ojos abiertos. Y escuchar los mensajes que la mirada misma nos ofrece. Los matrimonios que se aman son un tesoro en la sociedad. Y en la Iglesia. Contemplar un matrimonio que se ama es una forma de ver un reflejo del gran amor con mayúscula.
Con ocasión de la Sagrada Familia de Nazaret. En el tiempo de Navidad hacemos memoria del nacimiento de un niño, del todo especial. Y, con ese motivo, recordamos y agradecemos la familia en que este niño ha nacido y es presentado como el esperado Mesías.
Y es vinculante. El valor de la propia palabra dado hacía que fuera superfluo el papel escrito, y el notario, y el registrador de la propiedad. La palabra dada fundamenta la lealtad, incluso con perjuicio propio. Si además se decía ante testigos implicaba una vinculación de la propia vida a lo largo del tiempo
El crecimiento personal y conyugal es una carrera cuya meta es el sueño de vida feliz que cada uno se ha forjado y que mutuamente los enamorados se han despertado y han soñado juntos.
Las preguntas que nos hacemos para comunicarnos y dialogar no son inocentes. Sitúan la conversación y el diálogo en perspectivas concretas; condicionan el sentido y el alcance de la respuesta. Por eso, es importante prestar atención al tipo de preguntas que planteamos y tratamos de responder.